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Altea

La solidaridad de un pueblo

Los vecinos de Altea ayudan con comida y apoyo moral a los trabajadores de Emaús acampados frente al consistorio

Una vecina entrega comida a los trabajadores acampados. DIEGO COELLO

La acampada de los trabajadores de Emaús frente al Ayuntamiento de Altea ha despertado la conciencia social y el cariño entre sus vecinos. El colectivo de trabajadores afectados por los impagos de la Conselleria de Bienestar Social a la ONG y la falta de cobro de sus nóminas decidió, el pasado martes, realizar una acampada «por tiempo indefinido» en la plaza del Ayuntamiento como medida de protesta y para dar a conocer a la opinión pública la situación de «extrema gravedad económica y social» en que se encuentra el organismo.

Esta «acampada» ha provocado una ola de concienciación entre la ciudadanía, que ha comenzado a movilizarse recogiendo firmas de apoyo a la causa. Además, los vecinos muestran su cariño a los trabajadores ayudándoles en lo que pueden. Chocolate caliente con tarta de coca dulce, por la noche. Café con leche, «mona», galletas y bizcochos, por la mañana temprano. Bocadillos, comida caliente, sopa, arroz, frutas, refrescos, cervezas... Los vecinos se acercan al «campamento» y les dan las viandas y bebidas con palabras de apoyo como «estamos con vosotros», «seguid en la lucha», «los niños de Emaús sin vosotros no serían las personas que son» o «tenéis mi casa para lo que necesitéis».

Los trabajadores se sienten emocionados por las muestras de cariño y afirman que les «da fuerzas para mantenernos aquí hasta que se solucione el grave problema que tiene Emaús». Muchos trabajadores están pasándolo verdaderamente mal. Sus economías han ido mermando poco a poco por los impagos de sus nóminas. Ellos aguantan por lo menores que cuidan en Emaús, pero el caso es que hay algunos trabajadores que han sido desahuciados y han tenido que irse a vivir con sus padres. Es una historia con muchas vivencias y experiencias personales. Para estos trabajadores, según señala el secretario del comité Emaús-CC OO, Iván Molina, «nuestra vocación es muy fuerte y nos ayuda a continuar por estos niños que llegan provenientes de familias muy desestructuradas y que, gracias al cariño que reciben y a que les ayudamos a desarrollarse como personas, al final, cuando cumplen la mayoría de edad, salen de Emaús con unas perspectivas de vida que no tenían cuando llegaron».

Emaús debe más de 7 millones de euros a la Seguridad Social y Hacienda. Además de la situación económica, existe una gran carga social, pues «los niños y mujeres maltratadas que cuidamos corren peligro», subrayan los trabajadores.

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