Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Benidorm

El PP peleará el noveno edil y las bases del PSOE creen que es pronto para tirar la toalla

Los populares confían en que el juzgado dé por buenas cerca de 60 papeletas impugnadas en una mesa electoral para sumar otro concejal y ampliar su ventaja con el resto de fuerzas

El PP peleará el noveno edil y las bases del PSOE creen que es pronto para tirar la toalla

No rendirse. Ese es el mantra con el que los dos partidos mayoritarios intentaron sortear ayer la resaca electoral en Benidorm, una resaca que vivieron de un modo muy desigual pero que, en la práctica, no satisface ni al Partido Popular ni al PSOE. Los primeros, pese a ser la fuerza más votada el domingo y tener casi garantizado que Toni Pérez será alcalde, han perdido tres concejales con respecto a las municipales de 2011 -de 11 a 8 ediles- y necesitarán pactar al menos con otros dos partidos -Ciudadanos, con tres ediles, y Liberales, con dos- para tener una mayoría que les permita gobernar con tranquilidad. Los segundos, desalojados de la Alcaldía tras 6 años en el gobierno, también han dejado por el camino un importante reguero de votos y, con él, 4 concejales hasta reducir de 11 a 7 sus actas en la corporación. Aunque este reparto aún podría cambiar.

El PP confía en que la Junta Electoral de Zona resuelva a su favor la impugnación de cerca de 60 papeletas con el símbolo de la gaviota en una mesa electoral del Torrejó -en pleno corazón de la ciudad-, que podrían otorgarle un noveno concejal en perjuicio del PSOE, que pasaría de 7 a 6 y que dejaría fuera a Conrado Hernández, uno de los hombres fuertes del equipo de Navarro. Fuentes del equipo de Toni Pérez explicaron que al inicio de la campaña, su partido manejaba dos tipos de papeletas distintas: unas encargadas por el Ayuntamiento, mayoritariamente las que están a pie de urna o las que se emplean para el voto por correo; otras impresas por la dirección provincial del PP, que el partido utilizó para enviar a sus militantes y simpatizantes o para repartir en su sede, y que, pese a tener unas dimensiones algo distintas a la anterior, también fue validada por la Junta Electoral. Desde las filas populares explicaron que ambas papeletas «eran buenas» y, de hecho, «en ninguna otra mesa recibieron pegas, excepto en una del Torrejó».

Al parecer, dicha impugnación provino de un interventor de Liberales y fue aceptada por el presidente de mesa, que dio las papeletas por nulas y no se computaron en el recuento. Ante esta decisión, el PP va a recurrir en la Junta Electoral, con sede en La Vila, para que en el recuento definitivo, que podría producirse el próximo miércoles, se den por buenos estos casi 60 votos para intentar obtener otro representante.

Este órgano electoral también deberá decidir sobre otro conflicto, en este caso relacionado con la anulación de distintas papeletas de voto por correo y que, al parecer, podría beneficiar a la tercera fuerza política de la ciudad, Ciudadanos por Benidorm, que podría alzarse con un cuarto concejal en detrimento, también, del séptimo obtenido por el PSOE. Según el recuento provisional publicado por el Ministerio del Interior, la de CBM es la candidatura que se encontraría más próxima a obtener el siguiente concejal y, para ello, le harían falta sumar 33 votos.

Descontento por la debacle

Por lo que respecta al segundo partido de la ciudad, el PSOE, el día después del 24-M fue para la reflexión pero, sobre todo, para el descontento y la autocrítica. Agustín Navarro se reunió con el secretario general y con su «staff» municipal para analizar unos datos que todavía siguen sin creerse y que la misma noche del domingo llevaron al todavía alcalde a tirar la toalla y a dar por perdidas todas las opciones de volver a gobernar. Y eso no ha gustado del todo a parte de las bases.

Aunque ciertamente las opciones son difíciles, dado que con siete concejales necesitaría sumar los ediles de C's (3), Liberales (2) y Compromís (2), miembros de la agrupación creen que es pronto para descartar negociaciones y posibles pactos de cara al pleno de investidura para poder alzarse con la vara de mando, una opción con la que Navarro sigue sin comulgar. También empezaron a surgir en el seno de la agrupación las primeras voces críticas con el propio candidato y con la dirección del partido, que si bien hasta ahora habían cuestionado de puertas para adentro la composición de la lista, ahora no temen en reconocer que la ausencia de figuras como Natalia Guijarro o de otras personas con más tirón fuera del partido y no sólo entre las bases habría jugado más en su contra de lo que inicialmente podían prever.

Aunque ninguna de las seis formaciones con representación en el Ayuntamiento dio pasos ayer para establecer contactos que permitan la gobernabilidad, tanto PP como PSOE y Liberales coinciden en una cosa: a priori, están dispuestos a hablar «con todos menos con uno», el candidato de CBM.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats