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Benidorm

Pere Maria visto por Pere Maria

El salón de actos municipal acoge el estreno del documental dedicado al académico e historiador

Pere Maria visto por Pere Maria

«Estoy contento con lo que he hecho en mi vida, pero si ahora me dijeran de volver a vivir, diría que no». El salón de actos del Ayuntamiento de Benidorm acogió ayer el estreno de «Pere Maria Orts i Bosch. Un home de trellat, un senyor de la cultura», un documental elaborado por el Consistorio que traza la figura del historiador y académico valenciano a partir de entrevistas con el protagonista, su hermana Josefina y algunos de sus colaboradores. Y donde, además de recordar algunos de los momentos que marcaron un antes y un después en la historia de la ciudad o de la Comunidad, el humanista, fallecido el pasado febrero, deja su propio testamento vital para las futuras generaciones de benidormenses: «Que Benidorm siga siendo Benidorm, que esté muy atento de no perder lo que es. Porque una cosa es el número de habitantes o las torres más altas de Europa, y otra la esencia de las personas. Ahora las casas son más altas, pero mañana habrá otras aún más altas, pero nuestra historia será muy difícil de recuperar si se pierde».

El audiovisual fue grabado un año antes de su muerte, entre enero y febrero de 2014, en su casa de Valencia y, además, recorre espacios donde Orts i Bosch pasó horas y horas: la sede de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), la Biblioteca Valenciana o el Museo de Bellas Artes de Valencia, donde permanecerá parte de su legado gracias a la multitud de libros, obras de arte, tapices, muebles,... que donó «para cubrir las grandes lagunas que teníamos en muchos aspectos», como recuerda en su labor de mecenas.

Nacido en Valencia en 1921, Benidorm fue para él su segunda casa, la «patria» de su infancia donde junto a sus hermanos pasaba las vacaciones de verano, de Semana Santa o de Navidad. Criado en una familia acomodada e hijo de uno de los últimos «senyorets» de la burguesía agrícola valenciana, Benidorm le cautivó hasta tal punto que, cuando acabó sus estudios de Derecho y decidió dedicarse a la investigación, puso sus miras en descifrar algunas de las grandes incógnitas de la historia local. Entre ellas, la más aplaudida, la de la llegada de la imagen de la Virgen del Sufragio a las playas.

«Era el año 1931 y unos jóvenes preparaban la fiesta, la decoración de las calles, y les oí decir que no sabían si la historia de la Mare de Déu sería verdad o no. Pensé que cómo era posible que no estuvieran seguros. Algo que había ocurrido en el XVIII no podía ser un invento como otras historias religiosas. Creía que lo que contaban del milagro, de que se tenía que quemar y no se quemó no sería así, pero que algo debía haber». Relata cómo fue la búsqueda de los documentos; primero, en Alcoy; después en otros archivos, hasta que llegó al de Simancas en el verano de 1964. «En el inventario encontré una parte que se llamaba "Navegación de particulares" a la que no había dado importancia y empecé a mirar». Comenzó por 1728, dado que hasta entonces se creía que los hechos relacionados con la patrona habían ocurrido en 1730. No halló nada, desde el 28 al 31. «Entonces decidí mirarlo todo, desde el 1700. Y por fin apareció en el 1740. Un expediente que se llamaba "De un londro que llegó a Benidorm"». Se le ilumina el rostro cuando recuerda aquellos hechos y también cómo el archivero, al ver su alegría, le dijo: «¿Qué ha conseguido, un pescado gordo?», cuenta entre sonrisas.

Su visión del mundo

Al margen de rememorar cómo se produjo este hecho histórico para Benidorm, Pere Maria repasa también en la entrevista otros aspectos que aportan la visión de este erudito sobre el mundo que nos rodea. Cree no ser merecedor de tantos reconocimientos como recibió en vida; que la juventud actual recibe poca formación en el Bachillerato y «llegan a la Universidad casi sin conocimientos de cultura general»; y no echa de menos no haber tenido mujer e hijos: «La gente joven no es como la de antes, están rebotados».

Pero ahí no queda todo. En su relato se remonta a la etapa de la Guerra Civil, cuando tenía 15 años, y, aunque reconoce que su familia la pasó «lo menos mal posible» dice que fue «terrible, uno de esos sueños que nadie quiere recordar. La iglesia no debía haber canonizado ni beatificado a nadie de la Guerra Civil», mantiene, para después opinar que «la Ley de Memoria Histórica de Rodríguez Zapatero fue un completo error, porque es revivir de nuevo aquellos hechos de si yo he ganado o tú has perdido. Dejemos estar ya todo aquello», apela.

Pere Maria también lamenta en el documental que «las personas más preparadas de las Universidades no se dedican a la política, sino a la empresa privada, que da más dinero. Eso hace que haya personas sin la valía necesaria para dirigir países y gente que cree que sirve para hacerse rico, de ahí que haya habido un alud de corrupción por todo el país. No hay nadie al que lo toquen y no le salga nada», mantiene.

Entre otros temas, también habla sobre el valenciano y su temor a la aceptación que pudiera tener el Diccionari Normatiu Valencià en el que colaboró como miembro de la AVL. «Unos dirán que hay catalanismos y otros que hay castellanismos o palabras vulgares. La dificultad es contentar a todos», afirma sobre el eterno conflicto en torno a la lengua. Como anécdota, destaca que Canal 9 sirvió, al menos, para difundir el valenciano «entre gente que veía l'Alqueria Blanca u otros programas culturales». Pero, además, cita como méritos de este canal su papel de «unificar al País. Se veían los Moros y Cristianos, que a mí no me gustan, pero se veían; las fallas, las Hogueras... cosas que nos unían».

Participantes

Además de Orts i Bosch, en la obra, en la que ejercieron de entrevistadores Mari Luz Navarro, Cinto Llorca, Toni Fuster y Pasqual Almiñana, también participan Josefina Orts i Bosch; el catedrático y académico Rafael Alemany; Xaro Tamarit, directora técnica de la Biblioteca Valenciana; Paz Olmos, directora del Museo de Bellas Artes de Valencia; Antonio García, director del IES Pere Maria Orts i Bosch de Benidom; Ramón Ferrer, presidente de la Acadèmia Valenciana de la Llengua y el alcalde de la ciudad, Agustín Navarro.

El Consistorio ha donado una copia a la AVL para que ahora pueda difundir a través del documental la figura de este personaje único.

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