Durante la sesión, José Antonio Llopis, un peón que trabajó en las obras de los accesos a Terra Mítica admitió que accedió a constar como administrador de la empresa Gribal (que facturó al parque), pero que no firmó factura alguna «ni en una servilleta de papel». Llopis, para quien el Ministerio Público reclama una pena de treinta y cinco años y dos meses de prisión, fue contratado por José Luis Rubio, al que conocía «de otros trabajos», para la obra de acceso por carretera al parque. «Trabajé para él pero sin papeles, sin contrato. Yo solo quería trabajar». Rubio le hizo además administrador de una de ellas, Gribal, según afirmó este procesado. «Me propuso ser gerente y administrador, aunque yo no tenía conocimientos porque solo estudié hasta tercer curso», aseguró, aunque dijo que no cobró «nada» ni tampoco firmó contratos, cartas, facturas o cheques. «Si está mi firma en papeles, no es la mía». EFE