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La Vila Joiosa

El Vilamuseu tendrá que adecuar sus aparatos de aire por un exceso de ruido

Vecinos de edificios colindantes al centro, recién inaugurado, se quejan al Ayuntamiento por las molestias

Un vecino señala a uno de los aparatos de aire acondicionado del Vilamuseu. DAVID REVENGA

El nuevo museo arqueológico de La Vila Joiosa, un mes después de su inauguración, ya ha comenzado a mostrar aspectos que sus técnicos deben de limar. El más sonado, nunca mejor dicho, es el del ruido que generan sus aparatos de aire acondicionado, situados en un área que linda con un patio de vecinos.

Varias comunidades de propietarios de los edificios colindantes se han quejado del sonido que provocan estas máquinas. De hecho, tal y como reconoció el propio concejal de Patrimonio, Pepe Lloret, durante la última sesión plenaria en el Ayuntamiento de La Vila Joiosa, hay quien presentó quejas por escrito. Según el ingeniero encargado de la climatización, se ha instalado una tecnología de aire acondicionado de primera calidad. El problema, dice, es que en este patio se genera un efecto de embudo, al estar las paredes muy cercanas unas con otras. «De hecho, se escucha más el ruido dentro de las casas que dan a este patio que si te pones junto a los aparatos», explica el técnico, además de relatar que han realizado mediciones tanto con la Policía como con técnicos municipales y se han dado cuenta de que se sobrepasan los límites legales sonoros. Las pruebas las han hecho dentro de los hogares afectados.

«Era imposible prever que se podía desarrollar esta situación, ya que hasta que no estuvieran las tres máquinas funcionando a la vez, no podíamos saber los índices de ruido que alcanzarían. Lo que vamos a hacer ahora es aplicar una serie de medidas correctoras: instalaremos unos filtros y unas pantallas para redireccionar el sonido hacia donde no haya viviendas», manifiesta el ingeniero.

Christian, un vecino de la calle Constitución, cuyo balcón da al patio afectado por este ruido, aseguraba ayer que cuando comenzaron a funcionar estos aparatos «escuchábamos un sonido que, en un principio, nos asustaba, ya que creíamos que estaba pasando algo grave en la calle», declaró. A la familia de Christian no le molesta para dormir porque tienen las habitaciones mirando al otro lado de la calle, «pero sabemos que hay otros propietarios que sí se han quejado por esto». En su edificio realizaron una reunión, en la que se concretó presentar una queja en el Consistorio.

La previsión técnica es tener solucionado el asunto en un mes. También se espera que transcurrido este tiempo, el museo ya cuente con alguna pieza expuesta. De momento, más de 20 días después de su inauguración, están listas las vitrinas. Piano, piano.

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