María Pérez Agulló, hija del exalcalde de Benidorm Vicente Pérez Devesa, acompañará a Gema Amor como número 2 de la lista de Liberales de Benidorm de cara a las municipales del próximo 24 de mayo. Según ha podido saber este diario, su nombre sería uno de los fichajes más destacados de la candidatura que ultiman los liberales para concurrir a los comicios y consolidarse como tercera fuerza política de la ciudad, tras una primera experiencia en 2011 en la que, bajo las siglas de CDL y en poco más de un mes, cosecharon algo más de 3.300 votos y lograron romper el bipartidismo con la nada desdeñable cuota de tres concejales, lo que les convirtió en el partido bisagra de la corporación.
Licenciada en Derecho, funcionaria del Ayuntamiento de Finestrat y profesora de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned), María Pérez Agulló ya habría aceptado el ofrecimiento de Amor para ser su número 2 y, de esta forma, dar el paso a la política activa a sus 47 años de edad, tras toda una vida vinculada de una u otra manera a la misma. Y, además, después de que en los últimos años fuera su hermano, Vicente, quien sonara con más peso para ser el primero de la familia en tomar el relevo en la vida pública y pudiera entrar en las listas del PP, tanto en 2007 como en 2011, ambas lideradas por el sucesor de Pérez Devesa, Manuel Pérez Fenoll y de las que finalmente quedó apartado.
Aunque desde el partido de Amor no trascendieron ayer detalles sobre la composición de la lista, sí calificaron a María Pérez Agulló como una mujer «sensata, válida» y con una gran «visión municipalista», tanto por experiencia propia como por la herencia recibida de su progenitor.
No en vano, el desaparecido alcalde fue una de las figuras más destacadas de la política benidormense desde principios de los años 70 hasta su muerte, el 16 de marzo de 2006, uno de los «padres» de la unificación del centro derecha local junto a Eduardo Zaplana y quien, tras la marcha del exministro a Valencia para presidir la Generalitat, sembró los mayores años de gloria de los populares en la ciudad turística, encadenando tres mayorías absolutas en las legislaturas de 1995, 1999 y 2003.
Delfín de dos corrientes de peso
Y precisamente eso es lo que Amor pretende representar. Desde que abandonara las siglas del Partido Popular semanas antes de las municipales del año 2011, la expresidenta de los populares y líder de Liberales de Benidorm se erigió en heredera de dos de las corrientes con más peso hasta entonces en el PP: el zaplanismo y el perezdevesismo, cuyos afines no dudaron en acompañarla en su travesía sin saber entonces aún adónde les llevaría. La maniobra salió a los liberales que ni pintada y la situación de minoría en la que quedó el gobierno de Navarro en las elecciones les abrió las puertas del gobierno local entre agosto de 2012 y el pasado mes de febrero, cuando la propia Amor decidió romper unilateralmente el pacto con los socialistas.
La entrada de María Pérez Agulló en la candidatura de Liberales, formación con la ha estado vinculada desde el minuto uno de forma activa junto a su marido, el administrador de fincas Javier García Orts, podría permitir a Amor no sólo reforzar aún más el apoyo del sector perezdevesista a su proyecto, sino además presentarse ante el electorado con otras claves a tener en cuenta.
Por un lado, la de renovación con respecto a la anterior candidatura, en la que el número 2 fue el edil Vicente Juan Ivorra, que en los últimos meses ha tenido dudas de si repetir y que ahora, de hacerlo, quedaría relegado a plazas posteriores. Los liberales pretenden que la de Pérez Agulló no sea la única cara nueva en los 25 nombres que compondrán la lista, que también conjugará la experiencia, aunque aún hay algunos nombres por perfilar. Por otro lado, el peso de la mujer, dado que, casi con toda seguridad, la de Amor será la única candidatura local en la que dos mujeres ocupen las primeras plazas electorales. Y, finalmente, algo que la líder del partido no se ha cansado de repetir en estas últimas semanas: que la suya será una lista «hecha desde Benidorm y sin dictados ni mandos a distancia de nadie», en alusión a sus principales rivales electorales, como el PP.
