Por tercer año consecutivo desde que el pleno solicitó al Gobierno central la actualización de los valores catastrales, el Ayuntamiento de Benidorm acordó ayer por unanimidad rebajar en 2015 un 10% el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), para, de esta forma, compensar el «catastrazo» y que los vecinos sigan pagando lo mismo en sus recibos. Ahora bien, la proximidad de las municipales del mes de mayo hizo que el debate estuviera cargado, sobre todo, de críticas de electoralismo entre los grupos.

La propuesta de la concejal de Hacienda, Natalia Guijarro, establecía rebajar el gravamen de este impuesto en la misma cuantía en la que está previsto que suba el Catastro; es decir, un 10%, como se ha venido haciendo hasta la fecha. Ahora bien, a esta medida, que reducirá el tipo impositivo del 0,75% al 0,682%, el PP presentó una enmienda para ir un paso más allá.

La propuesta de los populares planteaba bajar el gravamen hasta el 0,60, el mínimo que actualmente establece la ley para Benidorm, con el objetivo de «devolver a los ciudadanos el esfuerzo que han realizado en los últimos años». Socialistas y liberales rechazaron de plano este punto. Y ahí comenzó todo. Entre los principales motivos del gobierno local para negarse a la rebaja del IBI al 0,60%, Guijarro destacó su voluntad de mantener en el presupuesto de 2015 una serie de inversiones ya previstas y que, de otra manera, habría que cancelar. Por ejemplo, «las becas y subvenciones; un millón de euros para Bienestar Social; el transporte escolar u obras muy necesarias, como el plan de asfaltado en algunos barrios». Además, la edil de Hacienda criticó que la de ayer era la «tercera vez que el pleno aprueba una rebaja similar y la primera en la que el PP presenta una enmienda para llegar al 0,60%. ¿Por qué será?», se preguntó, en clara alusión a los próximos comicios.

La concejal, como ya hicieron los técnicos en un informe, señaló que la reducción reclamada por los populares restará cerca de 4 millones de euros de ingresos a las arcas municipales, lo que generaría un desequilibrio. «Y esos cuatro millones se van a utilizar en muchísimas cosas, cuando, en la práctica, el propietario de un inmueble tan sólo vería rebajado el recibo en seis euros», dijo Guijarro.

Su socia de gobierno, la liberal Gema Amor, también acusó al PP de electoralista y lamentó que su postura a nivel local contrasta con la «fiebre del Gobierno central por subir impuestos en toda la legislatura. Ahora sólo se preocupan pensando en las elecciones», agregó.

Ante estas críticas, el portavoz del PP, Antonio Pérez, dijo que desde 2011 se paga un 10% más de IBI en Benidorm y lamentó que el ejecutivo local «hable a todas horas del remanente de 20 millones y el superávit de 9,2 en 2013, pero no quiera devolver a los ciudadanos parte del esfuerzo que han hecho con sus impuestos para conseguir estas cifras». Pérez recordó que fue el PSOE quien solicitó la revisión catastral y criticó que el bipartito pretende «mantener el IBI para no tener que reducir partidas de gasto», también, de cara a las elecciones.

El no adscrito, Juan Ángel Ferrer, se sumó a la teoría del PP y dijo que el IBI podría bajar aún más.

Pese a las disputas dialécticas, la reducción del 10% salió adelante por unanimidad, con lo que el recibo del IBI se mantendrá en 2015.