El Ayuntamiento, los regantes del Canal Bajo del Algar e Hidraqua colaboran conjuntamente para buscar los puntos de la ciudad en los que se están registrando vertidos al alcantarillado público de agua con un alto grado de sal. Les preocupa porque, según señalaron desde esta comunidad de regantes con sede en Benidorm, los índices de salinidad del agua que llega a la Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) han alcanzado picos durante el año que duplican lo registrado en 2013. Si entonces se depuraba una media de 2.500 microSiemens de conductividad -es la fórmula de medida de las sales totales-, aseguran que en 2014 se ha llegado a los 5.000 en determinados meses.

Este colectivo representa a los regantes de Benidorm, L'Alfàs, Altea, Finestrat, La Vila Joiosa y La Nucía y barajan que «algunos establecimientos, en su mayoría turísticos, ante la escasez de agua por la sequía o con el fin de abaratar costes, habrían optado por utilizar diferentes pozos particulares que existen en Benidorm en los que el agua es más salina. Un recurso que se suele usar para, por ejemplo, dar servicio en algunas piscinas», dicen. También consideran que las filtraciones de agua del mar que se producen en los sótanos de algunos locales que se encuentran en primera línea, finalmente, podrían acabar en la red de saneamiento.

El problema que genera esta situación, según la comunidad, es que la desalación de esta agua es más costosa y por lo tanto, al final, su precio es mayor. Además de una disminución clara de caudales producidos en el sistema terciario. Durante este año, para ellos ha supuesto un incremento de 20 céntimos por metro cúbico. «Si persiste la sequía y no solucionamos este problema de exceso de salinidad, los regantes nos podemos ver en un problema gordo para poder atender nuestros campos», advirtieron las mismas fuentes.

Asimismo, denuncian que se utilizan las canalizaciones de las aguas fecales en estas filtraciones. «Está claro que las pluviales también van a la depuradora, pero no todas. Se podría buscar alguna fórmula para derivar todos estos vertidos por alguna zona de Benidorm, como la Punta del Cavall. Por otro lado, también se podría estudiar la idea de que en la Edar, con algún tipo de instalación, se separara el agua de la red fecales y el de pluviales, de manera que fuera más fácil tratar la del primer grupo, que es la que a nosotros nos interesa», proponen los regantes.

De momento, se han realizado dos reuniones con los técnicos del Consistorio benidormense para abordar esta situación, y este colectivo quiso reseñar que por ambas partes hay plena disposición para tratar de encontrar una solución.

Según la Comunidad del Bajo Algar, se cree que alguno de estos puntos conflictivos desde los que se harían vertidos se encuentran en la zona del Rincón de Loix, aunque deben seguir investigando.

Desde el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa subrayan que si se ha recurrido a los pozos no es por un problema de falta de agua potable, «ya que a pesar de la sequía, ni siquiera en verano ha faltado en Benidorm», subrayan. Otra cosa, según estas mismas fuentes del Consorcio, es que «algunos empresarios hayan optado por agua de los pozos por una cuestión de abaratamiento de costes. Pero en ningún momento podemos estar hablando de una carencia de agua potable», destacan.

Por su parte, el concejal del Ciclo del Agua, José Marcet, reconoció estos encuentros con los regantes en busca de una solución. «Es un problema de equilibrio, ya que por un lado queremos que se pueda regar con normalidad y por otro que los empresarios turísticos puedan desarrollar su actividad correctamente. Nos encontramos en un año seco, por lo que a muchos nos les queda más remedio que tirar de los pozos. Tiene difícil solución pero la encontraremos», afirmó el edil.

Hosbec confía en sus asociados

Desde la patronal hotelera Hosbec se apunta que la gran mayoría de sus asociados utiliza agua potable y no otros recursos con sal.

«Supongo que con las tecnologías que existen actualmente no será difícil detectar si algún establecimiento turístico recurre a algo que no sea agua potable», matizó el presidente de la patronal hotelera Hosbec, Antoni Mayor.