El dinero se acabó en septiembre. Los buenos niveles de ocupación hotelera que posibilitó el turismo nacional durante la temporada alta (85% de ocupación media) se han desvanecido con el comienzo de la parte más dura de la temporada baja, provocando un estancamiento del mercado español, afectado por la crisis y porque, como subrayó ayer José María Caballé, presidente de la cadena Servigroup (9.000 plazas) «no se puede pretender llenar hasta el 20 de diciembre y luego rechazar también clientes en Navidad y Año Nuevo por la demanda».

Según los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística, la Costa Blanca cerró el periodo enero/octubre con unos diez millones de pernoctaciones, la misma cifra que en 2013. Números que constatan que la estacionalidad es un hecho ya evidente y no se puede paliar ni con los visitantes del Imserso, ni con los extranjeros que siguen apostando por la provincia para pasar el invierno.

Las previsiones del próximo verano son excelentes, pero el periodo que va de noviembre a marzo, salvo la excepción de Navidad sigue siendo muy duro y apenas da para mantener las plantillas porque, además, los precios están por debajo, incluso, de los costes. «Es lo que hay. No podemos pretender que los españoles, que viajaron mucho durante el verano, puedan hacerlo ahora. ¿Crisis? Por supuesto que afecta pero no tanto como nos creemos. Desgraciadamente sigue habiendo una parte de la población que no puede tomar vacaciones pero tampoco o podían hacer antes. El español que viaja sigue viajando pero llega la Navidad, otros gastos y el invierno es el invierno. Este año hemos tenido una temporada alta buena hasta octubre gracias al tiempo excelente, pero a partir de ahora todo cambia», apuntó Caballé.

Con todo, octubre no fue malo pero con precios ya de batalla. Los hoteles de la Comunidad (75% de la ocupación se concentra en la provincia de Alicante) registraron más de 2 millones de pernoctaciones en octubre (2.178.777), lo que supuso un aumento del 6,6%.