Ciento veinte en ocho meses. La «brigada marrón» del Ayuntamiento de Benidorm ha pillado «in fraganti» sin recoger las cacas de su mascota de la vía pública a un total de 120 vecinos de la ciudad, a los que este incumplimiento de las ordenanzas municipales les ha acarreado una sanción de 150 euros. La cifra fue dada a conocer ayer por el alcalde Agustín Navarro y el concejal de Limpieza Viaria, Juan Ramón Martínez, durante una visita a barrios en la que hicieron balance de estos primeros ocho meses de funcionamiento de esta brigada.

En total, el Consistorio ha ingresado alrededor de 25.000 euros desde que comenzó a ser estricto a la hora de perseguir esta práctica, 18.000 de las sanciones por no limpiar los excrementos caninos y otros 7.000 por otras multas relacionadas con la posesión de mascotas: 35 por llevar a los canes sin el bozal correspondiente y otras 35 porque las mascotas no llevaban el chip obligatorio que, en ambos casos, llevan aparejada una sanción de 100 euros.

Pese a que ambos destacaron que se ha conseguido reducir un 60% la presencia de cacas de perro en la vía pública, el Ayuntamiento no quiere parar ahí. Y por eso, ayer presentaron otra «ofensiva» para atacar otro de los problemas en la vía pública relacionados con los perros: el mal olor de los orines.

Los operarios de la brigada marrón repartirán entre los propietarios de mascotas 5.000 botellas con dispositivo de spray para que éstos las llenen de agua y unas gotas de lejía y rocíen las aceras cuando sus animales de compañía hagan pis. Las botellas serán de dos tamaños diferentes, uno para perros pequeños y otro para razas de mayor tamaño. Paralelamente, también se instalarán en las calles distintas señales para concienciar a los vecinos de que limpien las heces y orines de sus perros o no alimenten a gatos callejeros y palomas.

La acción se completará en el mes de enero, con la creación de cuatro zonas de esparcimiento para perros en distintos barrios de la ciudad: Imalsa, Foietes, Rincón de Loix y La Cala.