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Benidorm abre la puerta a la implantación de centros comerciales vetados en el PGOU

El gobierno lleva a pleno la reinterpretación del documento urbanístico de 1990, que hasta ahora bloqueaba las grandes superficies y ha favorecido su desarrollo en otros municipios

Benidorm abre la puerta a la implantación de centros comerciales vetados en el PGOU

El gobierno local de Benidorm llevará el próximo lunes a pleno una propuesta para abrir la puerta a la instalación de grandes superficies comerciales en la ciudad, hasta ahora vetadas por el Plan General de Ordenación Urbana de 1990. La medida permitirá, entre otras cosas, legalizar la superficie comercial de la estación de autobuses pero, sobre todo, impulsar el macrocentro proyectado por la multinacional Unibail Rodamco en el futuro polígono industrial, cuya superficie será aproximadamente de unos 55.000 metros cuadrados. Aunque no será una modificación como tal del PGOU, como se planteó en su día, el área de Urbanismo incluirá una propuesta dirigida a «reinterpretar» el artículo 112 de la normativa urbanística local, que establece el tipo de comercios que se autoriza implantar en el municipio.

El concejal del área, el liberal Vicente Juan Ivorra, avanzó ayer que la moción establecerá la posibilidad de crear superficies comerciales de gran tamaño, siempre y cuando la zona alimentaria no supere la destinada a otros usos comerciales, lo que evitaría la construcción de un gran centro de alimentación en la periferia, en torno al cual se diseminen otro tipo de comercios.

Hasta la fecha, el Plan General permitía la implantación de establecimientos comerciales con una superficie destinada a la venta que podía exceder de 750 metros cuadrados si se trataba predominantemente de productos alimentarios, o de 1.500 m2 si se trataba de productos no predominantemente alimentarios. Ahora bien, según explicaron ayer fuentes municipales, no contemplaba unir ambas actividades comerciales en una superficie única, con el fin de favorecer el pequeño y mediano comercio y no derivar la actividad comercial fuera de los límites del centro urbano.

La interpretación que el ejecutivo pretende elevar el lunes a pleno pasa por autorizar la implantación de todo tipo de grandes superficies comerciales sin ninguna limitación de tamaño, pero con el único requisito de que el área destinada a alimentación no exceda la superficie del resto de actividades comerciales que en ella se ubiquen. Es decir, que no sea la actividad predominante, sino que se divida, como máximo en un 49% para alimentación y un 51% para otros usos.

Ivorra explicó que este trámite es necesario dentro de los pasos para poder legalizar la zona comercial de la estación de autobuses, que tiene una superficie cercana a los 12.000 metros cuadrados y que, hasta la fecha, chocaría con las restricciones recogidas en el plan general.

Pero, principalmente, la propuesta va encaminada a favorecer la implantación de otros centros comerciales en el resto de zonas de la ciudad donde haya suelo destinado a usos terciarios. Entre ellas, el proyectado en el futuro polígono industrial por la multinacional Unibail Rodamco, que sigue bloqueado, además de por esta cuestión, por la construcción de accesos desde la zona de Levante mediante una rotonda. Desde el Ayuntamiento plantearon en su día una modificación del Plan General para fijar en 40.000 metros de parcela cuadrados la superficie mínima para autorizar la implantación de una superficie de estas características, listón que el centro de Rodamco superaría con creces. Sin embargo, aunque ahora se incluirán también unos requisitos de tamaño que aún están estudiando los técnicos, desde el gobierno local consideran que con la modificación de este artículo 112 es suficiente para dar vía libre a las grandes superficies, sin tener que revisar el PGOU.

Oposición de los comerciantes

Hasta ahora, el pequeño y mediano comercio de Benidorm, y principalmente la agrupación de comerciantes Aico, ha sido el principal escollo con el que han tenido que batallar los gobiernos municipales para abrir la puerta a la instalación de grandes superficies en la ciudad.

Esta postura hizo que, por contra, las grandes empresas buscaran localidades limítrofes, como Finestrat, para implantar sus negocios y aprovecharse de los flujos poblacionales del propio Benidorm, en beneficio de las haciendas locales de otros ayuntamientos, que anualmente obtienen pingües ingresos por este tipo de actividad. Ahora, Benidorm podría empezar a competir para captar a parte de estas empresas.

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