Las críticas de la oposición sobre el alto coste de un proyecto para reducir el riesgo de riadas en una avenida de Benidorm, y que en realidad preveía destinar la mayor parte de los fondos a trabajos en la escena urbana, ha llevado al gobierno local, formado por PSOE y CDL, a anunciar una revisión del mismo para intentar cerrar su presupuesto a la baja. Así lo anunciaron ayer fuentes del gobierno local, tras la reunión mantenida con los técnicos municipales; el portavoz del PP, Antonio Pérez, y el edil no adscrito, Juan Ángel Ferrer.
El concejal de Ciclo Hídrico, José Marcet, anunció la pasada semana que el Ayuntamiento acometería obras urgentes en el último tramo de la avenida Doctor Orts Llorca, de unos 125 metros de longitud. El anuncio se produjo un día después de un episodio de lluvias torrenciales que volvieron a anegar por completo numerosas zonas de Benidorm, entre ellas, esta avenida y muchos comercios a ambos lados de la misma. El proyecto, presupuestado en poco menos de un millón de euros, sería asumido por la concesionaria del servicio de agua, Hidraqua, dentro del plan de inversiones a acometer en la ciudad durante el periodo de concesión.
Ahora bien, tanto el PP como el concejal no adscrito recelaron del mismo por varios motivos. Por un lado, porque un informe de un ingeniero municipal ya advertía de que los trabajos son «necesarios» pero «insuficientes», dado que no resolverán por completo el problema de inundabilidad de esta zona. Por otro, porque del cerca del millón de euros que estaba previsto invertir, sólo el 40% de los fondos iban destinados a trabajos en el subsuelo para mejorar la canalización, mientras que el 60% restante correspondía, principalmente, a materiales en superficie y mobiliario urbano. Entre ellos, según detalló Ferrer, suelo de granito; ocho farolas que costarán 7.500 euros cada una; u 80 pilonas para que no aparquen los coches, que costarán cerca de 110.000 euros en total, a 1.371 euros la unidad.
Desde el gobierno se comprometieron a revisar a la baja todos los materiales previstos en el proyecto para intentar ahorrar al máximo en los costes, pero matizaron que «no se rebajará la calidad».
