No quiere perder tiempo. Escasas horas después de que concluyera el plazo marcado por Ferrar para forzar unas primarias en las localidades donde gobierna el PSOE -las doce de la noche del domingo-, el alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, se autoproclamó ayer públicamente como el cabeza de lista de los socialistas a la Alcaldía de cara a las próximas municipales de 2015. Lo hizo a las puertas del Ayuntamiento y sin que le arropara ningún otro cargo público, a diferencia de lo que ocurrió el pasado junio, cuando el número 3 de Ximo Puig en el PSPV, José Manuel Orengo, visitó la ciudad y ratificó a dedo a todos los alcaldes como candidatos sin que mediara un proceso de primarias.

Ahora bien, Navarro dijo ayer no conformarse con ser candidato «porque lo marcan los estatutos». Por eso, y para acallar también a los críticos que reclaman dar voz a las bases, el primer edil anunció su intención de «recopilar el respaldo de los militantes socialistas para que me apoyen en este proyecto de futuro», con unas reuniones y consultas que pretende realizar de aquí al 6 de octubre, fecha marcada para la celebración de primarias en otros municipios.

Como ya avanzó en su día este diario, el alcalde de Benidorm tenía claro desde hace tiempo que, pasara lo que pasara, él sería quien encabezara la candidatura del PSOE en la ciudad. Su anuncio se vio después confirmado por la postura de la dirección del PSPV, a pesar de que la ejecutiva provincial y el propio secretario general en Benidorm, Rubén Martínez, criticaran el momento y la forma elegida para coartar la participación de los militantes. La aparición de numerosas voces críticas llevó a la ejecutiva federal a abrir la posibilidad de primarias en aquellos pueblos con alcaldes socialistas, aunque con unos requisitos un tanto engorrosos: por un lado, elevó del 40 al 51% el listón de firmas necesarias en cada agrupación para exigir realizar esta consulta; por otro, dio tan sólo una semana de plazo para reunir los apoyos, un periodo que finalizó la medianoche del domingo.

Una vez cerrado ese plazo, Agustín Navarro destacó que en Benidorm «no es que no se hayan reunido el 51% de firmas, es que ni se ha llegado a plantear», motivo por el cual ayer a primera hora trasladó formalmente a la dirección local que lideraría la candidatura socialista en la municipales. Asimismo, indicó que sus aspiraciones personales «están colmadas y también mi futuro, porque tengo plaza de funcionario. Pero mi sentimiento hacia este pueblo me anima a continuar trabajando», entre otras cosas, según dijo, porque «no me resigno a que el PP vuelva de nuevo a poner sus manos en un ayuntamiento que han arruinado». Por último, aseguró que la de 2015 será la última vez que concurra en unas listas, tras haber sido concejal 16 años en Benidorm y otros cuatro en Bolulla, más los cuatro del periodo 2015-2019.

Respecto del anuncio realizado por Navarro, el secretario general del PSOE en Benidorm, Rubén Martínez, consideró «positivo» el anuncio de recabar el apoyo de los afiliados, aunque no sea a través de la fórmula «un militante, un voto» que una parte del partido, entre ellos el propio Martínez, llevan tiempo reivindicando. El también edil de Educación afirmó que, ya que no habrá primarias, pedir el apoyo a las bases era «lo mínimo» que podía hacer Navarro para intentar revalidar la Alcaldía.

El primer partido con candidato

La confirmación del alcalde como cabeza de lista del PSOE convierte a este partido en el primero de la ciudad en deshojar la margarita. Todo apunta a que Gema Amor volverá a liderar la candidatura de su grupo, ahora bajo un partido propio: Liberales de Benidorm; mientras que en el PP, segundas siglas más votadas en 2011 tras las del PSOE, las distintas familias siguen midiendo sus fuerzas a nivel interno y la ejecutiva local, presidida por Manuel Pérez Fenoll, sin encontrar un candidato de peso que logre aunar todas las fuerzas en una sola corriente para intentar regresar a la Alcaldía.

La nominación de Navarro como alcaldable del PSOE se produjo ayer, coincidiendo con el quinto aniversario de la moción de censura con la que llegó a la Alcaldía gracias al voto del tránsfuga José Bañuls.