Divertido, espectacular y multitudinario. El «Benidorm Pride» del sábado, la fiesta del Orgullo Gay de la ciudad, fue un exitazo. El desfile fue uno de los mejores que se han visto desde que empezó la iniciativa hace unos años. Por ello, a falta de datos oficiales, es más que probable que se cumplan las previsiones del Ayuntamiento sobre la asistencia: unas 7.000 personas entre público y participantes.

No era para menos. El desfile multicolor que recorrió Benidorm tenía más tonalidades que nunca. Hasta 20 fueron las carrozas que avanzaron ante la comunidad homosexual y miles de turistas por las avenidas de la playa de Levante y Mediterráneo.

El desfile lo arrancó sobre las 17 horas -con una hora de retraso- desde el Rincón de Loix. Abría la pintoresca comitiva una banda de batucada tras la cual avanzaban dos primeros grupos de corte político. El PSOE, con pancarta, bandera y proclama. Y Compromís, con furgoneta tuneada con el arcoiris gay, un «cuatrolatas» amarillo al que le costó llevar el ritmo y una masculina Reina de Inglaterra de rosa marcando el contrapunto a las banderas naranjas de la formación.

Después, el «show»: Un descapotable con jovenzuelos portando globos y paraguas de miles de colores; un 4x4 negro con mujeres extranjeras pidiendo donaciones en cubitos para la ONG infantil «The Grant a wish Charity»; un escarabajo rosa con guapas jovencitas luciendo pelucones fosforitos y rodeadas de macizos marcando tableta abdominal; una Harley espectacular llevando «de paquete» a un marinerito de corte Jean Paul Gaultier; un grupo de romanos al paso de las órdenes de su Centurión; una carroza discotequera; un enorme camión clásico americano seguido de hombres fornudos y otros con estética militar; un «jip» descapotable llevando al doble idéntico del cinematográfico espía inglés Austin Powers; el grupo «Oficial y Caballeros»; plumas y tacones imposibles avanzando entre todos con las vistosas «drag queens»; más descapotables con adeptos al moreno tono George Hamilton; la espectacular carroza del circo con participantes con trajes y maquillajes muy elaborados, escoltados por hombres con chalecos de cuero, pajarita y sombreros rosas y dorados; remolques con barcas de recreo anunciando su alquiler y sus patronas en ellos ondeando la bandera gay; domadores de leonas que quitaban el hipo; ciclistas con vestidos «Casa de la Pradera»; el rinoceronte de la carroza de Terra natura con su bandera arcoiris colgando del cuerno; jóvenes mostrando carteles que decían que la «homofobia no es bienvenida en España» y la cara de Putin; y cerrando el desfile, otro inmenso camión americano negro.

Por si faltaba más, a ellos se unió en la avenida Mediterráneo otra carroza que llevaba de fiesta desde las 16 horas. Con ella, todos juntos, partieron al auditorio Julio Iglesias del parque de l'Aigüera para terminar la fiesta, por todo lo alto, en los locales tematizados para la ocasión del casco antiguo.