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Prohibido aburrirse en el hotel

Los establecimientos nutren sus plantillas de animadores para entretener a sus clientes

Un momento del espectáculo nocturno con los animadores bailando en el escenario de un hotel David Revenga

Por la mañana, por la tarde, de noche... Los hoteles de Benidorm ofrecen a todas horas animaciones y juegos para entretener a sus huéspedes para que pasen unas vacaciones agradables sin salir apenas de los alojamientos. Cada vez son más los establecimientos que optan por ofrecer estos servicios, que generan alrededor de unos 400 empleos en temporada estival sin contar a los músicos, según estiman desde la patronal hotelera Hosbec.

Los establecimientos optan por dos formas de contratación: a través de una agencia que gestiona el personal y la programación o bien eligiendo ellos mismos a los empleados. Aunque también hay quienes combinan las dos formas, como es el caso del hotel Bali, según apunta su director, Enrique Castells. La segunda vía es la que lleva a cabo el hotel Cristal Park. Que además de los juegos y animaciones habituales, celebran el «día sorpresa», que consiste en llevar a los clientes del hotel a otros de la misma empresa Magic Costa Blanca, como Excalibur, en el que además se visten con trajes de época.

El hotel Pueblo Benidorm, de la cadena Servigroup, opta por recurrir a una agencia. En él trabajan cinco animadores de la empresa Acttiv, que pasan el día entre pinturas y disfraces para los niños, y con diferentes juegos para todos los públicos. Ya entrada la noche, se suben a un escenario para amenizar la velada con espectáculos musicales. Momento en el que los clientes terminan subidos a las tablas mientras los fuegos artificiales ponen punto y final a las actuaciones. Otros establecimientos de la ciudad, como el Flamingo Oasis, cuenta con bailarines profesionales. Y el Dynastic celebra la «White Party».

Las posibles actividades varían según las instalaciones con las que cuenta el hotel. Sin lugar a dudas, la piscina es uno de los pilares fundamentales. Mauricio Trueba, uno de los huéspedes de Pueblo Benidorm está encantado: «Lo que más me gusta son los partidos de waterpolo. Los animadores son muy simpáticos. Notas la labor que hacen cuando ves que todos los críos quieren hacerse fotos con ellos», comenta mientras espera su turno en la cola para subirse en uno de los hinchables colocados en la piscina en el «Día pirata».

Y después de verano... ¿qué?

El centro de todas las atenciones ahora son los más pequeños. Para ellos hay juegos de todo tipo, e incluso se ha generalizado la instalación de «miniclubs», un lugar en el que los niños están atendidos por los animadores del hotel. Pero el tipo de entretenimiento da un vuelco en la segunda semana de septiembre, en la que se realiza un animación más pasiva por la llegada de los turistas británicos y de la tercera edad. Época también en la que las empresas adelgazan la plantilla de animadores.

Hoteles como el Cristal Park cuenta con dos zonas diferenciadas, una orientada a los británicos y otra al turista nacional. El coordinador de la agencia de animadores Acttiv, Andrew Finney, apunta que los turistas británicos son menos participativos y están más acostumbrados a limitarse a mirar el espectáculo.

Ignacio Gil es el director de esta empresa que opera en todo el panorama español. Gil indica que Benidorm tiene una singularidad: «Es una ciudad que fuera del hotel ya tiene una gran oferta de ocio alternativa. Por lo tanto, los animadores tienen una mayor competencia». Además, explica que lo más importante de los trabajadores son los idiomas y la actitud.

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