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Retrato de un caballero entre las ruinas de la Pobla d'Ifach

La aparición de un grafito vincula a la familia Entenza con el asentamiento cristiano

Retrato de un caballero entre las ruinas de la Pobla d'Ifach

Pudo haber sido una noche de 1340. Los hombres de la guardia militar de la Pobla d'Ifach descansan en el pabellón con las armas a un lado mientras desde fuera les llega el ruido del mar y el viento. Entonces un soldado anónimo coge un pedazo de grafito y dibuja algo en la pared. El retrato de un caballero con yelmo, escudo y estandarte. Ese caballero de barbilla prominente lleva las armas del conde de Ampurias, sobrino de Saurina Entenza y familia de Jaume I. El mismo que ha visto la luz de nuevo este verano en Calp en los trabajos de excavación de la Pobla d'Ifach siete siglos más tarde.

Nuevos descubrimientos

Tal como explica el director de los trabajos arqueológicos, José Luis Menéndez, en esta última fase de las excavaciones ha aparecido un nuevo edificio que viene a completar el dibujo del asentamiento. Se trata de una construcción defensiva que controlaba el corredor de acceso a la ciudad medieval.

El pabellón, según parece, podría haber sido la sede del cuerpo de guardia. Allí han aparecido restos que indican la presencia de bancadas para descansar, braseros para hacer fuego y pilas para lavarse y refrescarse. José Luis Menéndez define el conjunto como «una zona cuya utilidad está entre ofrecer descanso y protección».

Dentro de lo que fue la nave los arqueólogos han dado con un gran derrumbe. Y allí, entre las ménsulas, los yesos y los elementos de cubrición ha aparecido el grafito del caballero de la Pobla.

Para Menéndez, el hecho de que no se trate de un dibujo esquemático, sino que se le haya dotado de los detalles suficientes como para reconocer la casa a la que pertenece, indica que en el momento en que se dibujó, entre 1340 y 1350, había una presencia reseñable de los Entenza.

La vida en una tumba

En la pobla se han practicado ya cerca de 80 exhumaciones entre las 56 tumbas que se han abierto. Con la información que se ha conseguido, el equipo de arqueólogos ha podido determinar cómo vivieron y murieron aquellos hombres y mujeres a quienes, como explica José Luis Menéndez «no les podemos dar un nombre, pero sí una historia y unas circunstancias».

La pista proviene de los objetos con los que fueron enterrados, como el caso de un prohombre a quien se le encontró un cáliz en las manos, o de evidencias físicas. Así por ejemplo ha aparecido una chica de 18 años que murió a causa de una infección contagiada por animales de corral y expulsó el feto dentro de la tumba en la que la enterraron.

Después de la destrucción y posterior abandono de la Pobla d'Ifach en 1400, este núcleo fue el germen de varios de los pueblos que hoy forman la Marina Alta. Los pobladores volvieron a sus alquerías y encontramos que las particiones que originarían los municipios son de finales del siglo XVI.

De la misma manera, el origen del casco antiguo de Benissa está datado en el siglo XV, igual que la iglesia de Teulada o la iglesia gótica de Calp. Todo aquello lo hicieron los descendientes de las cien familias que vivieron y murieron en la pobla. Y del soldado que un día, tal vez sin ningún motivo, pintó un caballero.

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