El parque de animales Mundomar de Benidorm recibió ayer una visita muy especial. La princesa Maria Esmeralda de Bélgica quiso conocer de cerca la delfinoterapia, destinada a niños con diferentes disfunciones físicas y psíquicas, como autismo, síndrome de Down, espina bífida o parálisis cerebral. Como tuvo ocasión de explicar, era la segunda vez que estaba en el parque, ya que conoció de cerca esta actividad hace siete años y se quedó «maravillada».

La princesa está muy vinculada a esta terapia puesto que es presidenta de honor de la Fundación Delphus de Bélgica, encargada de hacer este tratamiento pero en su caso, exclusivamente para niños con autismo. Asimismo, esta entidad tiene un convenio con el parque por el cual, cada año 11 niños de la fundación belga reciben sesiones en Mundomar. Una colaboración que perdura 10 años y de la que se siente «muy orgullosa». La princesa Esmeralda pasó la jornada en el parque y tuvo ocasión de conocer a las familias que esta semana están siguiendo el programa.

Como explicaron los médicos de Delphus, Vicent Guinchon y Caroline Mouton, las terapias duran 30 minutos y están divididas en tres partes de 10 minutos. La primera fase «de recibimiento», es la primera toma de contacto con el entorno en el que, por ejemplo, los niños saludan a los delfines. La segunda abarca los aspectos más sensoriales, sentados en el borde de la piscina. Y los últimos 10 minutos se suceden en el agua. Siempre con la compañía del terapeuta y de un etólogo, que sigue de cerca el comportamiento de estos animales. Lo importante es el «beneficio de los ultrasonidos», explicó Guinchon, que ayudan a mejorar la concentración, la percepción, los hábitos de socialización o la atención.

Camino Herreros, responsable de la Fundación Aqualandia-Mundomar, señaló que los delfines se lo toman como un juego. Además, comentó que para hacer un estudio científico con el que conocer los beneficios sería necesario hacer un seguimiento más allá de los seis días que dura.

Durante estos 14 años, la terapia con delfines ha ayudado a unos 4.000 niños. En 2013 recibieron estas sesiones 400 pequeños y en lo que va de 2014 unos 370, según detalló Herreros. Los menores han llegado de todas partes, tanto de Europa como de América del Sur, y la edad comprendida es de los 5 a los 15 años, aunque hay excepciones. El director de Mundomar, Joaquín Valera, avanzó que proyectan para el futuro ampliar las instalaciones para «triplicar el número de niños al año».