Alrededor de 50.000 personas han asistido esta noche en la localidad alicantina de Altea al espectáculo de fuegos artificiales Castell de l'Olla, que este año, en su 28 edición, ha iluminado la playa con 1.300 kilos de pólvora, según han informado fuentes municipales.

La pirotecnia de Carlos Caballer fue la encargada de disparar, durante algo más de veinte minutos, el castillo, que utilizó cinco plataformas instaladas mar adentro como base del lanzamiento de las carcasas.

Juegos de luz y más de doce colores diferentes en cada uno de los disparos, y un final multicolor y también ensordecedor que arrancó los aplausos del público, iluminaron la bahía de esta población costera, en una tradición que cumple casi treinta años ya.

Entre los asistentes al espectáculo, además del alcalde de la localidad, Miguel Ortiz, se encontraban el president de la Generalitat, Alberto Fabra, la presidenta de la Diputación de Alicante, María Luisa Pastor, y el Delegado del Gobierno en la Comunitat, Serafín Castellano.