«No podemos pedirle a la gente que venga a Benidorm de vacaciones a pasarlo bien y luego, cuando está aquí, exigirles que estén todo el rato callados». La frase, pronunciada ayer por el presidente de la Asociación de Pubs y Discotecas de Benidorm (Ociobal), Richard Romero, resume el sentir de cientos de empresarios de la ciudad que se han visto este verano inmersos en la batalla que libran vecinos, Ayuntamiento, un sindicato policial y la Conselleria de Gobernación con el ruido como telón de fondo. Por ello, las asociaciones empresariales de comerciantes (Aico), restauradores (Abreca-Cobreca) y locales de ocio (Ociobal) se unieron ayer para advertir a todos los sectores implicados que esta «guerra del ruido» puede poner en peligro miles de puestos de trabajo que dependen directa o indirectamente del turismo.

Los presidentes de las tres asociaciones, Rafael Gasent, Javier del Castillo y Richard Romero, hicieron público un comunicado en el que mostraron su «profunda preocupación» por la polémica generada en relación a este asunto y, aunque dijeron entender y compartir el merecido descanso de los vecinos, también pidieron comprensión a todos los sectores. «Benidorm es un destino turístico y, por eso mismo, siempre ha habido una flexibilidad para dar servicio a la gente que viene a divertirse. Pero ahora parece que las sensibilidades están más a flor de piel», manifestó Romero, quien también destacó que «hay que entender que silenciar en la calle el ruido natural de una persona que está de vacaciones y que es distinta cada semana es muy difícil».

En este sentido, los empresarios mantienen en su comunicado que la gran mayoría de locales, tanto de ocio como de restauración, «desde hace muchos años vienen acometiendo remodelaciones en materia de insonorización, como la instalación de limitadores, doble puerta, cristales de triple capa, control de admisión, prohibición de sacar consumiciones al exterior», etc. y también insistieron en que «como empresarios, no tenemos ningún inconveniente en que haya controles, sanciones y mano dura contra quienes no cumplen». Como ejemplo, señalaron que hace siete años las terrazas se cerraban a las 2.30 de la madrugada y que en la actualidad el horario se ha reducido a las 0.30 horas, lo que no evita que cuando la gente sale al exterior de los locales debido a la Ley Antitabaco o porque simplemente va caminando de un lado a otro, eleve la voz y pueda generar molestias. «Pero eso nosotros no lo podemos controlar», afirman.

Asimismo, el representante de Aico puso sobre la mesa la distorsión de horarios cuando se está disfrutando de unas vacaciones. «La gente sale de la playa a las nueve de la noche y va a cenar o de tiendas casi a las once. Entonces, ¿qué hacemos? Si el comercio tiene horarios más flexibles porque Benidorm es un destino turístico, tiene que pasar también con el resto de empresas y se debe entender. Del turismo vive el 90% de esta ciudad», dijo Gasent.

Por último, insistieron en estar preocupados por el descanso de los vecinos, pero alertaron de que «hay lugares, como Gandía o Torrevieja, que están pisándonos los pies en turismo joven» y que «medidas más restrictivas que las actuales en materia de ruidos» pueden «acabar con el turismo» y «conllevar la pérdida masiva de empleos».

Instalación de sonómetros

Los empresarios avanzaron que en los próximos días se instalarán cuatro medidores de ruido en el Paseo de la Carretera, casco antiguo, zona inglesa y la playa para medir los niveles acústicos en las calles, pero dudaron de que sean efectivos y no acaben generando más molestias.