El paseo de Poniente, obra de los arquitectos Carlos Ferrater y Xavier Martí-Galí, constaba de tres fases. La primera, que se culminó en 2009, ocupaba toda la avenida de la Armada Española, con un coste de 19,5 millones de euros, abonados por la Generalitat. La tercera, que se terminó antes del verano de 2012, unía esta primera obra con el Parque de Elche y también corrió a cuenta de la Administración autonómica.
La segunda fase es la única que quedó en saco roto en el año 2011. El concejal no adscrito, Juan Ángel Ferrer, que en ese momento ocupaba la cartera de Urbanismo, recuerda que en esta fase se pretendía unir este emblemático y a la vez polémico proyecto arquitectónico con La Cala. «La idea era que lo pagara el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural. De hecho, yo tuve varias reuniones con este área del Gobierno central y llegamos a elaborar un protocolo para que se hicieran cargo de la obra a cambio de que el Ayuntamiento redactara y costeara el proyecto, que estaba valorado en algo más de 200.000 euros», recuerda el concejal.
El problema, según Ferrer, es que el alcalde, Agustín Navarro, optó «por no financiar esa redacción del proyecto. Al parecer no lo veía prioritario. Justificó su decisión con que no había dinero en las arcas públicas para tal fin. Quizá vio más importantes todas esas contrataciones que realizó, que ahora están siendo tan cuestionadas por la opinión pública», dijo.
