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La Vila Joiosa

Cruzada por una bombilla

Dos vecinos de avanzada edad pelean para que el Consistorio encienda una farola que alumbra su entrada, por miedo a sufrir caídas

Aurelio y Maria Jesús, bajo la farola que alumbra su entrada y lleva meses apagada. DAVID REVENGA

María Jesús Bautista, en cuanto se pone el sol, prefiere no salir de casa. La entrada a su morada se queda a oscuras y le da miedo encontrarse con un perro, un ladrón o tropezarse con algo, como le ocurrió a su marido hace unos días saliendo del coche. Tienen 79 y 81 años, respectivamente. Aurelio Aranda, esposo de María Jesús, cuenta con importantes lesiones en las piernas, por lo que una caída de este tipo puede conllevarle repercusiones graves.

Por esta razón, tanto él como su mujer llevan muchos meses reclamando al Ayuntamiento que vuelva a encender la farola que les marcaba el camino a casa, al igual que tienen muchos de sus vecinos de la partida de Mediases de La Vila Joiosa.

La razón que alega el Consistorio vilero, a través de su concejal de Urbanismo, Jerónimo Lloret, es que si la encendieran estarían cometiendo una doble irregularidad. La explicación que da el edil es la siguiente: la farola que alumbra la casa de Aurelio y de María Jesús se encuentra dentro de la vivienda de un vecino. También es cierto que la instaló allí el propio Ayuntamiento hace veinte años. «Y de eso nosotros no tenemos culpa», matiza Aurelio Aranda. «Que la coloquen donde toque», añade este vecino.

Lloret, por su parte, aclara que él no puede encender esa farola en ese espacio porque estaría cometiendo una ilegalidad y tampoco puede cambiarla de lugar porque, actualmente, el Ayuntamiento está inmerso en un proceso de regularización de los puntos de luz en las partidas rurales, y hasta que no lo ejecuten, no pueden llevar a cabo el cambio de ubicación de esta farola. El proyecto, que le costará a las arcas públicas de La Vila dos millones de euros, tienen que hacerlo porque, hace alrededor de un año, Iberdrola detectó que en estas zonas rurales del pueblo había más de 400 farolas ilegales, sin ningún tipo de contador. «Iberdrola nos permitió tener 200 encendidas para que todas estas partidas no se quedaran completamente a oscuras. A cambio teníamos que elaborar un proyecto solicitando los puntos de luz, que es lo que ahora estamos haciendo», argumenta el concejal, que añade que él mismo trasladó a la Fiscalía la existencia de todas estas farolas irregulares.

Aurelio Aranda comenta que él y su mujer no son culpables de todos estos líos municipales con las farolas. Ellos simplemente quieren un punto de luz. «Hablé con el concejal para que nos solucionara el problema y accedió. Pero cuando vino el técnico del Ayuntamiento y vio que estaba en la casa del vecino, se echaron para atrás. Me dijeron que si quería luz, me la pagara yo», comenta Aranda. El concejal de Urbanismo afirma que él no puede ser «solidario» cuando se trata del dinero de «los demás». De momento, en verano, asegura que llevarán a cabo parte de este proyecto que anuncia, aunque no sabe si esta partida estará dentro de esa primera fase.

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