La ciudad de Benidorm es víctima de una moda. Al igual que ocurrió con los hámster, con las cobayas o con los husckies siberianos; el último boom de animal doméstico ha sido el del cerdo vietnamita. Por desgracia, debido al volumen que alcanzan algunos de ellos -entre 50 y 100 kilos- acaban siendo abandonados, como ha ocurrido en la partida de Armanello, donde la Policía Local de Benidorm ha llegado a detectar hasta cerca de 70 ejemplares campando a sus anchas.
El Ayuntamiento ha decidido buscar una solución a este problema, ya que ha recibido varias quejas de hoteles y apartamentos turísticos donde se han colado en busca de comida. También porque en el último año han generado varios accidentes de tráfico en avenidas como la de la Comunidad Valenciana o la de Bernat de Sarrià. Finalmente, según señaló el coordinador de Seguridad Ciudadana del Consistorio benidormense, Carlos López, han obtenido el permiso de la Conselleria para exterminar lo que él ya considera una «plaga».
Para acabar con ellos han desarrollado un plan que consiste en instalar un cebadero al que acuden estos animales. Una vez allí, un cazador experto, con una carabina, y acompañado por agentes de la Policía Local, da muerte a los cerdos con disparos certeros que les producen el menor daño posible. De momento, se han realizado dos batidas. Una, el pasado mes de abril, en el que se acabó con trece, y otra ayer mismo, en la que se disparó a diez.
Después, según explica Carlos López, los cuerpos se llevan a un centro de recuperación de buitres autóctonos de la zona de Alcoy, en el que se está intentando repoblar esta especie de aves rapaces. «El objetivo es darle un fin medioambiental. No nos hace gracia haber llegado hasta este extremo, pero ya era un descontrol», dice el coordinador.
No es la primera vez que surgen problemas con animales en la zona de Armanello. Ya en el pasado la Policía tuvo que requisar algunos caballos que los vecinos de la zona -la mayoría reside en casas de campo ocupadas de manera ilegal- tenían por allí vulnerando algunos aspectos de seguridad y salubridad. «En este caso sí que los trasladamos a un centro especializado en caballos de Elche», argumenta Carlos López.
No todos son «chiquitines»
El veterinario Óscar de la Huerga, de la clínica benidormense Mediterráneo, explica que uno de los principales problemas con los cerdos vietnamitas es que sus compradores creían que todos eran enanos, «y hay que diferenciar entre los "mini-pig", que sí se quedan pequeñitos y valen unos 200 euros, y los cerdos vietnamitas normales, que pueden llegar a pesar hasta 100 kilos, y se pueden conseguir hasta por 15 euros».
De la Huerga asegura que son cerdos sociables y que debido a sus glándulas sudoríparas no huelen tan mal como, por ejemplo, el cerdo ibérico. Sobre si pueden contagiar algún tipo de enfermedad al ser humano asegura que no, a no ser que sea por la ingesta. «Se pueden comer. Yo de hecho he probado una paletilla de un cerdo vietnamita y estaba riquísima. Eso sí, tienen que pasar por una revisión veterinaria ya que, algunos, pueden ser portadores de triquina o cisticercosis porcina, que son letales», advierte. Otro problema, según el veterinario, es que se reproducen muy rápidamente. El periodo de gestación de sus hembras es de sólo tres meses y tres semanas.
