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Los gladiadores despiden el «Festum Alonis» de la Vila Joiosa

La representación, realizada junto a la playa Centro, recordó el origen de los míticos luchadores

Los gladiadores en plena lucha. David Revenga

Dicen que fue el rey Salomón, aquel que unificó el reino de Israel y Judá, quien afirmó que «no hay nada nuevo bajo el sol». Lo cierto es que la frase encajaba ayer en la explicación dada a la celebración de una lucha de gladiadores que vecinos -y sorprendidos bañistas- contemplaron sobre la arena junto a la playa Centro de la Vila Joiosa y la desembocadura del río Amadorio. El espectáculo se suponía que había sido sufragado por un candidato a un cargo público con el objetivo de captar la atención del pueblo con el entretenimiento logrando así su favor y su recuerdo... La realidad, sin embargo, es que la lucha era el acto de despedida del «Festum Alonis», el festival romano que se ha celebrado durante todo el fin de semana en La Vila con la participación del grupo Legio VIIII Hispana, que usa equipaciones de la época ajustadas a los protocolos investigados hasta ahora.

El espectáculo comenzó sobre las 11 horas. Varios romanos muy bien vestidos, escoltados por soldados de túnicas rojas llamados «lictores» -uno con sospechoso parecido al concejal de Cultura vilero- y legionarios protegidos por pesadas cotas de malla, llegaron al lugar dispuesto para la lucha. Una explanada en cuyo perímetro ya había público y en cuyo interior no faltaban esclavos romanos para servir de apoyo en la retirada de los caídos en los combates. Con todo dispuesto, el presentador romano explicó que todo corría a cargo del candidato a «pretor» (gobernador de la provincia), pasando después a explicar el origen de los tipos de gladiadores que iban a verse, todos del siglo I a. C. y d. C., denominados «tracios», «murmillos» y «retiarios». Tras esto, explicó los fines y particularidades de sus armas y empezó la lucha «a tres toques» dejando al Pretor y al público asistente la decisión de si terminaba todo en vida o muerte.

Ya finalizados los juegos, muchos vecinos y turistas se retrataron con la comitiva pretoriana, los gladiadores, esclavos y legionarios, que tras una hora abandonaron el lugar para celebrar, ya de forma privada, el último almuerzo en el campamento romano montado la víspera en la playa de El Paraíso, el cual recordaba a otro construido en La Vila durante las Guerras Sertorianas (hacia 75 a. C.).

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