Los ajustes en materia económica en el municipio de Altea empiezan a dar sus frutos. La liquidación del ejercicio presupuestario de 2013 arroja un superávit de 5.246.000 millones de euros, según desveló ayer el gobierno local a través de un comunicado. Estos datos derivan de la diferencia entre los ingresos registrados en el Ayuntamiento, con una cuantía de 26.340.000 millones, y los gastos, que sumaron un importe de 21.094.000 millones de euros. Siguiendo con estos buenos datos, el remanente de tesorería ha registrado por primera vez en 22 años resultados positivos, cifrándose en 200.000 euros. Esto se ha conseguido «incluso liquidando varios de ellos con importes negativos muy abultados», explica el informe del interventor. Es más, en 2011 el remanente negativo de tesorería alcanzaba los 15,5 millones de euros.

El propio interventor concluye que la consecuencia de estos números positivos es la mejora del pago a proveedores y el cumplimiento del objetivo de Estabilidad Presupuestaria, «con capacidad de financiación consolidada a 31/12/2013».

El concejal de Hacienda, Pedro Barber, que hoy presenta los resultados en pleno, recordó ayer: «Cuando este equipo de gobierno llegó al Ayuntamiento en 2011 nos encontramos con que se debía a los bancos y proveedores un montante de 44,5 millones de euros. Mientras que actualmente hemos conseguido rebajar esa cifra hasta los 34,3 millones de euros». Asimismo, el edil ofreció otras cifras positivas del 2013, cuando se recaudaron por el Impuesto de Construcción (ICO) 400.000 euros más de los previstos; un 50% más de lo calculado por las licencias de mesas y sillas de las terrazas; y un 60% más de lo previsto por licencias de apertura.

Medidas de ajuste

Para el edil popular, estos resultados se han conseguido gracias a las medidas económicas por el Gobierno central con los planes de pago a proveedores, y al Ayuntamiento de Altea. El Consistorio aprobó tres planes de Saneamiento y Ajuste, con medidas de contención del gasto, como la reducción de los sueldos de los políticos, la eliminación de los móviles y dietas a los concejales y concursos públicos para obtener mejores precios y más ajustados; medidas de adelgazamiento de la Administración, como la eliminación de alquileres de oficinas, la reorganización de la plantilla municipal y la creación de una oficina de control presupuestario y gasto; y medidas encaminadas a una mejor de la gestión de los servicios, como la privatización del Palau Altea, el rescate de la limpieza y la basura y los concursos públicos de seguros, ascensores y telefonía, entre otras.

«Todo ello ha permitido una reducción del gasto corriente del 25%», explicó Barber. El edil insistió en que han mantenido el gasto en Servicios Sociales, Sanidad y Educación.