El problema de ruidos en el exterior de los pubs del casco antiguo de Benidorm puede acabar colgando de los balcones de las principales calles del centro durante los días fuertes de Semana Santa. Las asociaciones vecinales de esta zona planean colgar en las fachadas de las viviendas pancartas de protesta si el Ayuntamiento no toma «de inmediato» medidas efectivas para reducir los niveles de contaminación acústica que los vecinos soportan cada fin de semana. Y, además, planean hacerlo coincidiendo con las fiestas de Pascua, cuando la ciudad estará hasta los topes de turistas.
«Llevamos desde febrero de 2010 reuniéndonos con el alcalde y pidiendo soluciones, y hasta ahora todo han sido buenas palabras, pero poco más». Así lo afirmó ayer Paca Fuster, portavoz del Consejo Vecinal y vicepresidenta de la asociación Calvari Nou 2010, en representación también de las otras dos agrupaciones vecinales del casco antiguo.
Fuster calificó de «tomadura de pelo» la última campaña municipal presentada el pasado lunes por el edil de Seguridad, José Marcet, en la que está previsto colocar carteles y repartir folletos para «concienciar» a los ciudadanos de que no levanten la voz. «Todos los locales tienen ya en la puerta carteles donde dicen "respeten el descanso de los vecinos" y nadie les hace caso», manifestó esta portavoz vecinal, quien además lamentó que el ruido que se genera en estas calles, no sólo afecta al descanso de los residentes sino también «a nuestra salud».
Fuster reprochó al Ayuntamiento que la Ley del Tabaco, según Marcet la principal causante del ruido al haber hecho que la gente salga a la calle a fumar, «está en vigor desde hace cuatro años. ¿Y en cuatro años no se les ha ocurrido nada para solucionarlo?», agregó. A juicio de los vecinos, el Ayuntamiento ha de «dejarse de folletos que no sirven para nada y que pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos» y, por el contrario, «debe hacer cumplir las ordenanzas. Si pone sanciones por la caca de un perro, también debe ponerlas a quien incumpla la normativa de horarios y de ruido en la calle, pero de eso no hace nada». Por último, dijo que Benidorm «es una ciudad turística y hay que compatibilizar ocio y descanso», pero lamentó que hasta ahora «ha primado sólo lo primero. Y los vecinos estamos ya desesperados».
