La Concejalía de Patrimonio Histórico de La Vila Joiosa informó ayer de un nuevo hallazgo arqueológico: un escudo ibero procedente de la excavación de una tumba de la necrópolis del Poble Nou en el año 2001.

El hallazgo se ha producido tras restaurar las piezas encontradas hace más de una década y que no pudieron ser identificadas, si bien sus líneas y círculos hacían intuir que se trataba de un arma defensiva.

Según detallaron desde Vilamuseo, los escudos íberos eran de madera, en la cara exterior solían tener una semiesfera de bronce para proteger la mano y alrededor de ella un disco decorativo, llamado tachón, que era la parte más vistosa elaborada en bronce (lo que ha permitido que aún se conserven piezas, al contrario que la madera, que ardería en la pira funeraria).

En cuanto al ajuar (ofrendas y objetos personales del difunto) que lo acompañaban en esta tumba de la segunda mitad del s. V a. C., consistía en dos copas y un frasco de perfume de cerámica griega, así como unas pinzas de depilar también de bronce, según añadieron desde el Museo de la Vila Joiosa.

Según explicó el concejal de Patrimonio Histórico, Pepe Lloret, el tachón es de gran importancia ya que solo se conocen otros doce similares en toda la Península Ibérica.

Por su parte Antonio Espinosa, director de Vilamuseo (la red municipal de Museos y Monumentos de La Vila), detalló que «lo que se conserva del escudo son fragmentos de una fina lámina de bronce de 1 mm. de grosor. El metal está completamente mineralizado: eso significa que el proceso natural de oxidación lo ha llevado a perder sus características metálicas de dureza y maleabilidad (es decir, que se puede doblar sin que se rompa), y ha vuelto a su estado mineral. Estas circunstancias, unidas a las altas temperaturas que alcanzó cuando se quemó en la pira funeraria, provocan una fragilidad extrema del objeto».