No se contrató a nadie por su afinidad política, todos los contratos contaban con el visto bueno de los técnicos, respaldados hasta por los propios ahora denunciantes, y eran para prestar servicios necesarios. Estos fueron los principales argumentos que esgrimió ayer el alcalde de Benidorm, el socialista Agustín Navarro, para responder a las acusaciones de «enchufismo» en la corporación tras la denuncia presentada por un sindicato. Navarro prestó ayer declaración como imputado durante dos horas ante el juzgado de Instrucción dos de Benidorm por los presuntos delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación y malversación. La causa parte de una denuncia presentada ante la Fiscalía por el Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos de la Comunidad (SPPLBCV) en el que se acusa a Navarro de colocar en el Ayuntamiento a 43 personas afines y parientes, así como el pago de productividades ilegales en 2010 y 2011.

Navarro se personó en el juzgado hacia las 9.45 horas de la mañana y entró a declarar a las diez en punto. El alcalde acudió arropado por el portavoz municipal socialista Conrado Hernández, el vicesecretario local del PSOE José Marcet, así como del exconcejal Juan Ramón Martínez que llevaba las competencias de Personal cuando ocurrieron los hechos. Dos horas más tarde salía acompañado por su abogado, Luis Bajo. «Me voy mucho más tranquilo», declaró el alcalde a los periodistas, asegurando que durante el interrogatorio había ido dando cuenta y justificando todos los expedientes. «Esta denuncia es muy distinta una vez que se conoce toda la documentación», recalcó Navarro que achacó todo a una mera cuestión administrativa y dijo que la denuncia había tenido fines «puramente políticos». «Estaría preocupado si esto realmente una imputación por un tema de corrupción, como tienen muchos políticos de esta provincia. Pero yo no tengo ni la más mínima preocupación», dijo. Para Navarro, los denunciantes deberían haber acudido a la vía contencioso-administrativa si no estaban de acuerdo en algún punto, pero en su lugar han optado por ir lo penal cuando los plazos para la otra vía se han agotado.

La denuncia se basa fundamentalmente en la existencia de tres informes del interventor municipal en contra de la Relación de Puestos de Trabajo y en los que se cifraba el desfase presupuestario en 4,5 millones de euros en unos años en los que las directrices del Gobierno apuntaban a la contención del gasto público. Navarro sostuvo ante la juez que año tras año el interventor municipal ha venido alertando de un desfase en el capítulo de Personal, unas deficiencias que se han ido corrigiendo con el paso de tiempo. Para Navarro, los hechos denunciados se remontan a sus primeros meses de llegada al gobierno en que han tratado de corregir y reestructurar el departamento de recursos humanos. Navarro aseguró que los cerca de 200 complementos específicos cuestionados en la denuncia se aprobaron con el visto bueno de la mesa de contratación, en la que estaba representado hasta el sindicato denunciante, que también avaló con su firma la Relación de Puestos de Trabajo.

Sobre los contratos, las preguntas se refirieron a la vigilancia de playas y de instalaciones deportivas y señaló que la ley les permitía hacer contrataciones urgentes y especiales en materia de vigilancia y que estos servicios eran «necesarios». Navarro aclaró que el plan de ajuste obligó a ir rescindiendo esos contratos a lo largo de 2011. El alcalde negó que hubiera enchufado a familiares directos. «Han tenido que buscar a la hermana del hijo de una prima mía para buscar algún parentesco», dijo Navarro para negar los enchufismos en el Ayuntamiento. «Yo tengo dos hijos en paro y no los enchufé porque el alcalde no enchufa a nadie y entre los contratos hay militantes y simpatizantes como lo puede haber del PP. En la denuncia sólo se relacionan aquellos casos que están cercanos al equipo de gobierno, pero no se relacionan todos los otros que son lejanos», dijo. Navarro cargó contra el sindicato denunciante porque nunca denunció los casos de enchufismo que pudo haber en épocas pasadas, en alusión a los años del PP en el Ayuntamiento.