­Una vez más, el viento deja su peor parte en el instituto de secundaria Pere Maria Orts i Bosch de Benidorm. Ayer, en las primeras horas de clase, una de las tres puertas que dan acceso a los barracones del centro tuvo que ser precintada e inhabilitada. Las rachas de viento ejercieron presión en una puerta de doble de cristal, que no llegó a caer, pero sí se descolgó y puso en peligro la zona, según aseguran desde el instituto. El director del centro, Antonio García, advierte de que la puerta no estaba en las condiciones óptimas: sin silicona y apenas ajustada al marco, según su versión.

«Estábamos en una situación de riesgo y no éramos conscientes», apunta el director del instituto. Según sus palabras, esta misma puerta está en la zona en la que la que cuando se instalaron los módulos prefabricados se certificó la seguridad de los mismos. De esto hace algo más de un año, cuando los alumnos tuvieron que ser desalojados por la apertura de un panel de una de las paredes de un barracón, en otro día de fuertes vientos en la ciudad.

El director del centro no entiende cómo no se vio entonces que las puertas estaban en malas condiciones, «nosotros pensamos que tras la inspección, todo era seguro, y ahora te das cuenta de que no». El instituto tuvo que hacer unas reparaciones de urgencia la misma mañana de ayer cuando se descolgó el cristal, y ahí, explica Antonio García, se dieron cuenta de que las puertas no estaban en buenas condiciones, «el cristal estaba unido al marco de la puerta por unos junquillos de nada, no tenían ni silicona», añade.

Por ello, en esa primera reparación, a cargo inicialmente del instituto, aseguraron la puerta con tornillos y silicona.

Antonio García se siente impotente: «Yo más no puedo hacer. Me da rabia, porque si hubiera sido la primera vez... Pero es la segunda y los alumnos estuvieron el año pasado dos días sin dar clase para que los técnicos de la empresa encargada nos aseguraran que el lugar era apto y seguro para dar clase», y añade que «ha pasado esto cuando ni siquiera ha hecho la mitad de viento que el que hizo el año pasado». En este caso, no se ha tenido que desalojar a ningún alumno. El centro puso en conocimiento de la empresa responsable y de la Conselleria de Educación el problema. La mercantil tenía previsto acudir al instituto la misma tarde de ayer para comprobar la situación y tomar las medidas correspondientes según el estado de la zona.

«Vendrán a colocar unos frenos para que no dé portazos y revisar los marcos para mejorar su fijación», apunta el director del centro.

La puerta, según señala Antonio García, fue colocada hace tres años cuando se instalaron los barracones. «Cuando se puso la puerta, se tendría que haber comprobado que era seguro. Menos mal que no ha pasado nada grave», resalta García.

Ya el año pasado, y con vientos más fuertes que los de ayer, según afirma el director, tuvieron que desalojar a 400 alumnos y estar dos días sin clase para que los técnicos estudiaran la zona y confirmaran que el lugar era apto para reabrirse, como finalmente ocurrió.