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Las palomas «conquistan» Jaime I

Un tramo de la avenida benidormense se ha convertido en la diana de los excrementos de decenas de estas aves. Los comerciantes se ven obligados a limpiar cada día la suciedad acumulada en las fachadas de sus negocios

Diferentes puntos de la calle Jaime I en la que se puede ver la suciedad y los desperfectos derivados de la estancia de las aves en esa zona. David Revenga

Jaime I perdió esta batalla. Las palomas han conquistado un tramo de la conocida avenida benidormense y la han convertido en su palomar. Las aves campan a sus anchas por la calle y dejan huella, en concreto, en unos 5 ó 6 metros de largo ubicados en la esquina que corta Jaime I con Ricardo Bayona. Los vecinos y comerciantes aseguran que este fenómeno se debe a la tala de los árboles de la zona en la que querían hacer un aparcamiento subterráneo, que es justamente la parte que la sigue hasta el mar. Además, afirman que la gente da de comer a las palomas y eso hace que cada día vengan más y con más frecuencia, acto por otra parte que está prohibido por el propio Ayuntamiento.

«Esto es una asquerosidad, y además, no tiene que ser sano», exclama Marina, una turista madrileña que observa el panorama de la calle. Cada día los comerciantes tienen que limpiar las terrazas y los toldos de los negocios más próximos al nuevo hogar de una decena de palomas. Tere Ramiro, propietaria de una tienda de esa misma calle asegura que cada día limpia la terraza, «esto lleva así desde hace unos dos años, cuando quitaron los árboles para hacer el parking subterráneo». A esta teoría también se suma Javi, propietario del bar que está más cerca aún de la zona en conflicto, pero es más optimista y cuenta que cada 10 ó 15 días llama a la Brigada 900 para que les limpien su parte.

A la hipótesis de la tala de árboles, se le añade otra: las personas que le dan de comer a las palomas. Muchos vecinos aseguran que son los propios comerciantes los que alimentan a estas aves, justo los negocios que tienen más próxima la suciedad. Juan, el comerciante al que apuntan las miradas, reconoce que alguna vez sí que les ha dado de comer «pero eso no influye, ese no es el motivo por el que están aquí todos los días». Juan cree que la solución estaría en cortar los árboles unos dos veces al año, y añade: «a mí también me molesta la suciedad de las palomas, se me mancha el toldo y todas las mañanas limpio el suelo hasta el árbol», en referencia a la planta que hay colocada en el centro de la calle. Y es que no solo el suelo está manchado, sino que la papelera y otros elementos de la calle sufren desperfectos por las aves.

Los vecinos cuentan que hay pisos que han tenido que poner pinchos en las ventanas de sus casas.

Tere Ramiro afirma que pusieron en conocimiento al Consistorio el pasado septiembre este problema, entre otros asuntos de la calle, y no les dieron ninguna solución. Por su parte, el concejal de Limpieza Viaria, Juan Ramón Martínez, asegura que ellos no tenían constancia de que en ese lugar hubiera ningún inconveniente con las palomas y que se pondrán en marcha hoy jueves para conocer el problema de esta calle y buscar una solución.

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