La Vila Joiosa cuenta las horas para ver su nuevo museo. El alcalde, Jaime Lloret, junto a todos los grupos políticos visitaron ayer las instalaciones para conocer el estado del centro. Las obras del nuevo museo de La Vila terminarán previsiblemente en primavera, según aseguran desde el Ayuntamiento. No obstante, para que se pueda abrir al público habrá que esperar hasta que las colecciones estén distribuidas. El edificio permitirá recorrer a través de su patrimonio la evolución de la ciudad. El museo es uno de los primeros en el mundo que apuesta por el diseño universal, es decir, por facilitar su accesibilidad, de forma que todas las personas puedan acceder, usar y disfrutar de igual manera de las instalaciones y las colecciones.

El complejo albergará los objetos más representativos del patrimonio vilero, e incluso de la Marina Baixa. Según explica el director de Vilamuseu, Antonio Espinosa, las piezas de las que dispondrá serán variadas: arqueológicas (desde la Prehistoria hasta la época Moderna), etnográficas, artes decorativas del siglo XVIII y XIX, paleontológicas (con fósiles que datan desde antes de la presencia del ser humano), pinturas e incluso geología de la Marina Baixa.

El centro tiene una característica que lo diferencia de los demás: su accesibilidad. Como explica Antonio Espinosa, el diseño, tanto de la arquitectura como de su museografía, está pensado para que todas las personas puedan tener un acceso fácil a las colecciones y a las instalaciones. Para ello, contarán con información en Braille, lengua de signos, subtítulos, luminosidad y vistas de una sala a otra para que no den sensación claustrofóbica, con el fin último de que las personas con todo tipo de discapacidades puedan tener toda la información y acceder a todas las salas. Es más, habrá comodidades hasta para los perros guía, con la construcción de un «pipicán», un lavabo para los canes.

Fachada con homenaje

El museo se está construyendo desde cero, con una excepción, la conservación de la fachada del antiguo colegio Doctor Esquerdo, en homenaje a su impulsor, el médico Álvaro Esquerdo, que como explica Espinosa, fue el más famoso de Barcelona en el s. XX y el que construyó las dos primeras escuelas públicas de La Vila. «Es el símbolo de una persona rica que invierte en escuelas públicas», añade Espinosa. Además, argumenta que tiene un valor artístico por su estilo neomedieval. Asimismo, fue una escuela en la que estudiaron muchos vecinos y ahora seguirá siendo un centro educativo, porque «en los museos también se enseña», afirma.