A pesar de que los datos de ocupación turística en Benidorm fueron viento en popa en 2013, para muchos de los empleados de su sector no sopla un viento tan favorable. Según un informe elaborado por el sindicato de UGT en la comarca, el número de contrataciones en el sector turístico ha aumentado desde el comienzo de la crisis: de 19.269 que se efectuaron en 2009 a 25.359 en 2013. El problema viene cuando se desglosan estas cifras según el tipo de contrato, debido a que el empleo a tiempo parcial ha experimentado un incremento del 78,7% (4.220 más), mientras que el de tiempo completo, desde el inicio de la crisis, sólo ha registrado una subida del 14,1% (1.905).
Según valora el sindicato, estas cifras, junto al crecimiento constante dentro en las actividades turísticas de las contrataciones temporales, revelan una situación de precariedad laboral en un sector «estrella» en una localidad como Benidorm. «Un contrato parcial y a la vez temporal, incide de manera muy importante en las prestaciones futuras del trabajador», advierte Yaissel Sánchez, secretaria de Acción Sindical y Empleo de UGT .
Por ejemplo, en los contratos temporales que se hacen en la industria hotelera, que es de las más importantes en la zona, el crecimiento ha sido de un 26% desde 2009. En el último ejercicio se realizaron 14.729 de este tipo, frente a 138 indefinidos, que curiosamente repuntaron de 171 a 277 entre 2011 y 2012, pero que experimentó una estrepitosa caída de 2013.
Un colectivo «sumergido»
El sindicato indica que detrás de esta tendencia laboral de apostar por las medias jornadas, «se esconde una práctica en el sector turístico de Benidorm basada en realizar contratos a tiempo parcial a trabajadores que realizan, en realidad, más de 8 horas y cobran el resto negro», según UGT, que asegura que donde más se da es en negocios de restauración y en pequeños comercios. Este periódico preguntó a varios camareros del centro y la mayoría señalaba hacia otros locales donde indicaban que se daban estas circunstancias, pero pocos se atrevían a decir que en el suyo se realizasen estas prácticas.
Un cocinero de un establecimiento hostelero aseguró que él está contratado por cuatro horas al día pero que se pasa, desde primera hora de la mañana hasta el cierre, detrás de la barra del bar. «Yo trabajo hasta los domingos pero vamos, que aquí es lo habitual. Y la suerte, a veces, es que te paguen, ya que hay compañeros a los que les deben mucho dinero. También he visto casos en los que dan a la gente de alta dos horas y después echan todo el día», añade.
Desde UGT explican que el problema es que la gente tiene miedo a perder su puesto de trabajo. «Lo malo es que denuncian estas irregularidades una vez que ya les han despedido, por lo que ya la cosa tiene difícil solución», subraya Francisco Ruiz, secretario de Relaciones Institucionales de UGT en La Marina. «Hace poco vinieron dos chicas que tenían un contrato de media jornada y que después pasaban entre 8 y 10 horas en una tienda de artículos multiprecio. Cobraban 815 euros en base a un contrato en el que sólo figuraba una paga de 369,43 euros.
Además, con las pagas extras prorrateadas. Una auténtica miseria», recalca el representante sindical. Las afectadas comentaron a este diario que sólo libraban un día y que tuvieron problemas a la hora de que les pagaran las vacaciones cuando las despidieron, razón por la que acudieron a UGT.
Varias dependientas de pequeños comercios de souvenirs y ropa del casco antiguo también relataron a este diario situaciones similares. «A una amiga mía le han hecho un contrato a tiempo completo, pero por supuesto pagándole menos dinero. Si quieres más te dan menos. Esa es aquí la ley», argumenta resignada.
