Cinco agentes en dos turnos, uno de mañana y otro de tarde, más dos oficiales y un inspector jefe. Estos son los efectivos de la Policia Local que el Ayuntamiento de Benidorm destinará a prestar labores dentro de la nueva unidad de Policía Comunitaria, un grupo creado para recorrer los barrios y tener mayor proximidad con comerciantes y vecinos y que ha supuesto una polémica reestructuración de la plantilla, con la que desaparece como tal el Grupo de Inspección de Establecimientos (GIE), encargado desde hace casi dos décadas de luchar contra el ruido en la ciudad.

El alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, acompañado de una amplia representación de su gobierno y de efectivos policiales, presentó ayer ante numerosos representantes de asociaciones de vecinos la puesta en marcha de esta unidad, que estará operativa a partir del 1 de enero, de lunes a viernes. «Era una de las principales demandas que hemos observado en todas las visitas que hemos realizado a los barrios y ahora le hemos dado respuesta», señaló el primer edil.

Los agentes que se encargarán ahora de prestar el servicio de policía de proximidad se distribuirán en tres zonas: centro, Colonia Madrid-Els Tolls y avenida de Europa-Levante. Para poder llegar a todas las áreas, pese al escaso número de efectivos, la Policía Comunitaria tendrá un refuerzo de los efectivos del grupo de Playas, para los barrios de La Cala, Vía Parque, avenida Mediterráneo y Levante, así como de la Brigada Rural en el caso de las urbanizaciones y la zona de la Huerta, tal y como explicó ayer el intendente del cuerpo, Juan Fuertes. Éste afirmó que «se ha tenido que hacer un esfuerzo importante» para su puesta en marcha y, además, reconoció que «nos hubiese gustado contar con más efectivos, pero con los medios que disponemos ahora no podemos».

La presentación en sociedad de esta nueva unidad sirvió también para que el intendente principal de la Policía Local defendiera la reestructuración de la plantilla efectuada para crear la Policía Comunitaria, tras la polémica suscitada por la desaparición del grupo antirruidos, GIE. Según Fuertes, «en ningún caso van a desaparecer las funciones básicas como la inspección de establecimientos, no vamos a tirar por la borda la buena labor que se ha hecho durante 18 años», a lo que agregó que sus funciones las asumirá ahora el Grupo de Respuesta y Prevención (GRP) «que se reforzará con efectivos del antiguo GIE».

Críticas de la oposición

Frente a la defensa realizada ayer por el gobierno local y la jefatura de la Policía de esta reorganización, el grupo municipal del PP insistió en que la misma conllevará «un empeoramiento del servicio que se presta a los ciudadanos». El edil popular Lorenzo Medina afirmó que estos cambios supondrán una disminución de la presencia de agentes en la vía pública -al menos, tres que pasan a labores de despacho-, un aumento de los problemas de ruido por la noche y un descontrol en el cumplimiento de los horarios de apertura y cierre de los establecimientos. También indicó que, con ellos, se reducirá la unidad de scooters, que hasta ahora regulaba el tráfico en el centro urbano y cuyos agentes pasarán a la Policía Comunitaria.

Frente a estas críticas, el intendente Juan Fuertes señaló que, aunque algunos policías «están incluidos en un organigrama de despacho, no se reducirá la presencia en la calle».