Por primera vez desde que Bernabé Cano subió a la alcaldía de La Nucía en 2001 los vecinos de este municipio de la Marina Baixa han dado la cara para criticar sin tapujos su gestión. Un modo de gobernar -explicaron- que ha primado «proyectos faraónicos, dietas, fiestas, viajes y gastos no rentables», «un despilfarro» cuyas consecuencias sufren ahora los ciudadanos a golpe de «subida constante y desorbitada de impuestos».

Lo cierto es que hoy La Nucía es uno de los municipios donde cuesta más vivir de la comarca. Hace falta un sueldo íntegro solo para afrontar el IBI y la tasa de la basura. En el primer caso hay vecinos que pagan hasta 750 euros por pisos edificados en los 70 en medio del pueblo, sin jardines ni zonas comunes. En el caso de la basura, el importe varía entre los 190 euros y los 220, dependiendo de si se vive en una urbanización o dentro del núcleo urbano. A ello se suma el coste del agua. «Desde que nos han cambiado la forma de pasarnos el recibo pagamos mucho más, hemos pasado de abonar 60 euros cada tres meses a 100 euros cada dos», explicaba ayer una vecina.

Mientras los impuestos suben, consideran que el gobierno local gasta «en lo prescindible que solo buscan la foto del alcalde con inauguraciones de edificios que luego se quedan cerrados porque son imposibles de mantener o con eventos deportivos internacionales», declaraban.

La marcha arrancó a las 18 horas del aparcamiento ubicado junto al cementerio, a la entrada del pueblo. Lo que comenzó con unas doscientas personas terminó con medio millar a las puertas del Ayuntamiento (600 para los organizadores y 250 para la Policía Local). Allí gritaron a una «ahí está la cueva de Ali-Babá» y, en reiteradas ocasiones, «no tenemos miedo», mientras algún miembro de Protección Civil les grababa y tomaba fotografías con el móvil, como hizo durante todo el recorrido.

Lejos de amedrentarse, incluso habiendo sido fotografiados por algún agente local, sin haber orden oficial de ello, los manifestantes no escatimaron reproches y gritaron en reiteradas ocasiones «alcalde, ladrón, te queremos en prisión». Lo hicieron con más énfasis en las paradas estratégicas que realizaron sobre la marcha. La primera, frente a las obras, paradas, de un centro más en construcción con un presupuesto superior al millón de euros del Plan Confianza. La segunda, frente al centro de día del pueblo. La tercera, frente a la casa de un familiar directo del alcalde; la cuarta, la esquina desde la que señalaron el auditorio, y la última frente al ayuntamiento.

Al finalizar se leyó un manifiesto, que se registrará en al ayuntamiento el lunes, reclamando al alcalde que escuche a los vecinos y frene «los brutales incrementos» de impuestos que les obligan a pagar «precios desorbitados de suministros básicos». En este punto, algunos participantes recordaron que si se mudaron de Benidorm y otras poblaciones a La Nucía era porque era más barato acceder a una vivienda y vivir, pero que ahora, y más en tiempos de crisis, cada vez es más difícil.