Unos pocos días después de lo que dura la gestación de una perra, el próximo jueves se romperá oficialmente el convenio suscrito el pasado 17 de junio entre los ayuntamientos de Altea y Calpe (ambos gobernados por el PP) para compartir el refugio de animales abandonados que se encuentra en la villa del peñón.

La historia ha acabado como el perro y el gato después de 80 días juntos y tras retirarse el pasado 26 de julio la Asociación para la Defensa de los Animales de Altea (ADAA) de la comisión mixta creada con la constitución del refugio mancomunado «por el reiterado incumplimiento del convenio». Además, el Ayuntamiento de Altea «ha podido comprobar» que durante todo el mes de agosto «los responsables del refugio no han recogido ningún perro abandonado en Altea, ni tampoco se han hecho cargo de los cachorros, ni los perros enfermos, ni los gatos abandonados, como contempla el convenio», según señaló ayer la edil Carolina Punset, líder de Cipal que gobierna en coalición con el PP, y quien defendió la moción para compartir el refugio de animales ante el pleno del Ayuntamiento de Altea celebrado el pasado 18 de abril.

Lo que parecía iba a ser una historia ilusionante de altruismo y amor hacia los canes y los mininos abandonados llevada a cabo por los pueblos vecinos separados por la sierra Bernia, se ha truncado. Y el próximo jueves se hará efectiva la ruptura en el pleno municipal del Ayuntamiento de Altea que anulará el convenio aprobado hace cuatro meses y medio con los votos favorables del PP y Cipal, la abstención de Compromís, y el voto en contra del PSOE que, según su portavoz, Eloy Hidalgo, no lo veía nada claro, pues dicho acuerdo contemplaba un desembolso anual de 40.000 euros durante cuatro años.

Según afirmaron los socialistas en abril, ya se estaban pagando 18.000 euros anuales a otra protectora de animales de Alicante «por el mismo servicio», y en ese pleno pidieron que los 22.000 euros que iban a desembolsar de más al año «los destinen a la educación, a las prestaciones asistenciales a las familias necesitadas creando un banco de alimentos y a las ayudas para comedores escolares».

En dicho pleno, los ediles del equipo de gobierno PP-Cipal defendieron el convenio «porque tendremos un mejor servicio, más barato, y con más horas de recogida ya que hasta ahora sólo se recogían animales abandonados de lunes a viernes, y a partir de ahora se incluyen los fines de semana y con más horario». Dos meses después del acuerdo plenario, los alcaldes de Altea, Miguel Ortiz, y de Calpe, César Sánchez, rubricaron el convenio de colaboración en la sede del refugio de animales para un periodo de cuatro años en los que Calpe abonaría el 55% de los gastos, y Altea pagaría el 45%. Ortiz señaló que en Altea «hay 4.500 familias con animales de compañía y más de 6.000 perros censados, 300 de ellos de razas peligrosas».