El pecio romano Bou Ferrer, localizado frente a la costa de Villajoyosa y considerado uno de los yacimientos arqueológicos submarinos más importantes del Mediterráneo occidental, será el primero en recibir visitas guiadas en el litoral de la Comunidad Valenciana.

Se trata de una experiencia piloto que pondrá en marcha próximamente la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunitat, según ha anunciado uno sus arqueólogos, Carlos de Juan.

La iniciativa ha sido dada a conocer durante el desarrollo de una jornada titulada "El Mediterráneo: patrimonio subacuático común" celebrada en Casa Mediterráneo, en Alicante, según han informado fuentes de esta última institución en un comunicado de prensa.

El objetivo de este encuentro era concienciar y poner de relieve la necesidad de proteger y preservar el patrimonio cultural subacuático del Mediterráneo.

Según las mismas fuentes, De Juan ha explicado que, si bien se trata de una experiencia piloto, el objetivo de la Conselleria es acercar a la ciudadanía el patrimonio arqueológico de nuestro litoral, dada la dificultad que conlleva al estar ubicado en los fondos marinos.

Estas visitas guiadas, dirigidas a submarinistas profesionales y aficionados al submarinismo, estarán controladas y vigiladas por personal especializado con el fin de proteger el pecio.

El yacimiento Bou Ferrer, que debe su nombre a los submarinistas aficionados que descubrieron el barco de la época romana, fue hallado en el año 2000 y desde entonces la Conselleria de Patrimonio ha llevado a cabo un arduo trabajo de conservación y protección, dado su importante valor cultural.

En octubre del pasado año, con motivo de la presentación de uno de los cuatro lingotes de plomo recuperados durante una de las campañas de excavación arqueológica realizadas en este yacimiento, De Juan explicó que el pecio 'Bou Ferrer' es "un gran buque de época romana" de "mediados del siglo I".

Aunque existen otros navíos semejantes en diversos puntos del Mediterráneo, este pecio es "el único accesible" y que se puede investigar con "las técnicas de buceo convencionales", puesto que está hundido a tan sólo 25 metros de profundidad.

De Juan manifestó que, merced a las inspecciones hasta entonces realizadas, se constató que este barco transportaba unas 2.000 ánforas que contenían 'garum', "una salsa de pescado que constituía un producto de lujo de la época".