­Seis horas atrincherado en su vivienda para evitar su internamiento en un centro psiquiátrico. Un hombre de unos 40 años de edad y armado con un cuchillo y una barra de hierro mantuvo toda la tarde de ayer en vilo a la Policía Nacional y a los vecinos de un edificio ubicado en la calle Islandia de Benidorm, entre ellos su propia esposa, a la que no había dejado acceder a la casa durante toda la jornada, tal y como trasladaron ayer fuentes policiales y vecinos de este inmueble.

Los hechos se iniciaron alrededor de las cinco de la tarde, cuando los agentes policiales se desplazaron hasta el lugar requeridos por la mujer del hombre tras intentar entrar al domicilio y que éste le negara el acceso, al parecer aquejado por un brote esquizofrénico, según fuentes cercanas al caso. Y no fue hasta cerca de las once de la noche cuando el afectado fue reducido por los agentes y trasladado en ambulancia a un centro hospitalario. Aunque el hombre tenía consigo un arma blanca y amenazó en varias ocasiones con agredir a quien intentara entrar en la casa, finalmente la intervención del agentes Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) de la Policía Nacional, desplazados desde Valencia, permitió reducirlo sin que hubiera mayores consecuencias.

Al parecer, el hombre mostraba desde hace días problemas de conducta, lo que había obligado ya a policías y sanitarios a acudir al edificio el día anterior. Según señalaron fuentes conocedoras de los hechos, el varón tiene diagnosticada una enfermedad mental, en concreto esquizofrenia. Desde hacía algún tiempo habría dejado de tomar la medicación. A consecuencia de estos hechos, y siempre según las mismas fuentes, el psiquiatra que lo trata habría solicitado formalmente su internamiento en un centro de salud mental, un hecho al que al parecer el hombre se habría negado.

Por eso, ayer no dudó en encerrarse en el interior de su vivienda, un tercer piso del inmueble, que da a la avenida de Alfonso Puchades, con la única compañía de su perro, un rotweiller de gran tamaño. La presencia de numerosos agentes policiales y el desconocimiento de lo que estaba pasando, hizo temer inicialmente a los vecinos que el atrincherado pudiera tener en su poder un arma de fuego, un hecho que con posterioridad fue descartado por los investigadores.

Por orden del juez

La Policía intentó acceder en varias ocasiones a la vivienda con una orden judicial, en la que se autorizaba la entrada de los agentes al domicilio para proceder al internamiento del afectado en un centro donde haya garantías de que sigue el tratamiento médico que tiene prescrito para este trastorno. Debido a las amenazas del afectado, finalmente optaron por solicitar la participación de agentes del GOES, que durante 45 minutos intentaron negociar con él desde el descansillo y, acompañados por su mujer, para que voluntariamente saliera de casa y se le pudiera prestar ayuda médica. Ante las múltiples negativas, se vieron obligados a echar abajo la puerta de la vivienda y reducirlo a la fueza.

Finalmente, el hombre fue bajado de la casa en una camilla y trasladado en ambulancia hasta un centro hospitalario, acompañado, ahora sí, en todo momento por su esposa.

Vecinos del edificio en el que reside la pareja señalaron que no era la primera vez que ocurría un hecho similar. Al parecer, según manifestaron a este diario, el pasado año el hombre ya sufrió un episodio parecido. Y también la tarde del pasado jueves. No obstante, estos vecinos también afirmaron que nunca habían tenido ningún tipo de problema de convivencia con la pareja, aunque resaltaron el carácter huidizo del hombre.

Policía y vecinos del edificio en el que reside el hombre pasaron toda la tarde en vilo

El encierro de este varón, de unos 40 años edad, movilizó a un numeroso grupo de agentes de la Policía Nacional de la Comisaría de Benidorm y también a una brigada del GOES, desplazada desde Valencia. Muchos vecinos del inmueble bajaron hasta la calle para seguir el devenir de los hechos. En algunos momentos se temió que el hombre pudiera estar armado con una escopeta, un extremo que la Policía descartó al acceder a la casa y se incautó de un arma blanca y una barra de hierro.