Dos empresarios, Jesús Álvarez y Marcos Sendra, salieron ayer en torno a las 19 horas en la embarcación de recreo del primero, 'Noraila', con motivo de su cumpleaños. Poco sospechaban que, aproximadamente media hora más tarde, serían testigos de un espléndido espectáculo natural, al punto que Jesús Álvarez comentó que lleva "trece años navegando y pensaba que me iba a morir sin ver algo así".

Avistaron un grupo de ballenas a 15 millas náuticas (algo menos de 28 kilómetros) de la costa de Altea, que descubrieron tras observar el característico chorro de agua de la respiración de una de ellas.

"Vimos un transatlántico a lo lejos, y al aproximarnos para verlo más de cerca nos sorprendió el resoplido no muy lejano de una de las ballenas", asegura Álvarez.

Se trataba de seis ejemplares, cuatro adultos y dos crías, que marchaban rumbo sur a unos 5 nudos (9,26 kilómetros por hora). Los navegantes permanecieron cerca de los cetáceos durante aproximadamente tres horas, acercándose a menos de 30 metros para conseguir imágenes y vídeos de los animales.

Las ballenas, que formaban con un ejemplar al frente y las crías al final del grupo, presumiblemente mantenían el rumbo sur buscando alcanzar el estrecho y volver al Atlántico, según opinó Álvarez.