El puerto deportivo Campomanes, y más concretamente su ampliación, siempre ha estado rodeado de polémica. Mientras los ecologistas se mostraban en contra, los empresarios de la concesión administrativa y la Generalitat han ido de la mano para llevar adelante un proyecto que suponía ampliar en 240.000 metros cuadrados su superficie y pasar de los 543 amarres actuales a los 1.089 previstos. Según los ecologistas, las obras afectarían a una superficie de posidonia "similar a 60 campos de fútbol, destruyendo, con ello, uno de los mejores habitats marinos del Mediterráneo donde viven más de 400 especies vegetales y un millar de especies animales, desde microorganismos a moluscos o peces comestibles".

La ampliación del puerto la aprobó la Generalitat Valenciana el 4 de noviembre de 2004 mediante un edicto publicado el 26 de noviembre de ese año en el DOGV, donde también se otorgaba la concesión a Marina Greenwich, S.A. por un periodo de 30 años.

Esta concesión se otorgó después de que a finales de septiembre de 2003, el Ministerio de Medio Ambiente adscribiese a la Generalitat los terrenos del dominio público marítimo-terrestre necesarios para la ampliación del puerto vinculando esta cesión "al cumplimiento de un restrictivo condicionado de medidas protectoras del litoral".