Despacho: dícese, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, de un "lugar destinado a resolver negocios, a realizar los cometidos propios de una profesión o a estudiar". Pues bien, a pesar de que el Ayuntamiento de Benidorm tiene una superficie total superior a los 14.000 m2, cuatro pisos e incontables departamentos, el gobierno local integrado por PSOE y CDL ha sido incapaz de encontrarle ese mágico lugar al edil no adscrito, Juan Ángel Ferrer. Eso, a pesar de que hace ya más de noventa días, desde el 31 de enero, que Ferrer abandonó el ejecutivo y el PSOE y decidió emprender su singladura política en solitario; y de que el propio alcalde, el socialista Agustín Navarro, firmara el1 de febrero un decreto en el que prometía a su excompañero de bancada un habitáculo para poder realizar sus labores de oposición.

Transcurrido todo ese tiempo, ayer el propio Ferrer le recordó al munícipe el decreto. Lo hizo enviándole un escrito en el que asegura que "son numerosos los ciudadanos que me preguntan sobre esta situación, que no parecen entender, por su singularidad y rareza". Y aunque no lo dice de forma explícita, desliza que puede haber una motivación política en la presente actitud del gabinete de Navarro: de hecho, Ferrer asegura que "hay ediles de otros municipios gobernados por alcaldes del PP -La Nucía, Lepe- que sufren la misma situación".

Y a continuación, el regidor sin grupo dispara con bala: "no me cabe ninguna duda, porque así se lo he oído, que su ideario y proceder deben estar alejados de las prácticas de ese partido, al que usted de forma continua reprocha y del que manifiesta quiere distanciarse". O, en otras palabras: que Ferrer insta al alcalde a que cumpla con lo prometido en el decreto y le ceda una dependencia municipal para que nadie pueda decir que a la hora de la verdad -a las horas de las acciones- Navarro, a pesar de su acervo socialista, actúa de la misma forma que sus enemigos populares. Como ya ha realizado en otras ocasiones, Ferrer marca de esta forma una equidistancia con PP y PSOE.

Ahora bien, los socialistas no parecen estar muy preocupados por el hecho de que su antiguo militante le compare con la oposición popular. Ayer, el portavoz del PSOE, Conrado Hernández, reiteró que el edil no adscrito contará con un lugar de trabajo "cuando se den las condiciones óptimas". No se sabe cuando será eso. Ahora bien, Hernández matizó que debido a las singulares características arquitectónicas del edificio municipal, habilitarle un despacho a Ferrer le costaría a las arcas públicas 3.500 euros. Agregó además que no será la primera vez que ocurra eso con Ferrer: cuando tras el pacto con el CDL y antes de abandonar el PSOE, el regidor dejó las carteras de Urbanismo y Turismo y se quedó sólo con la de Aperturas, "habilitarle una mampara en su nuevo despacho ya costó 2.000 euros. "Y eso que entonces ya tenía muy meditada su decisión de abandonar el gobierno", apostilló Hernández.

En las entretelas esta batalla por el espacio late un interesante debate ideológico. Ferrer considera que tiene derecho a despacho "porque es oportuno que cualquier concejal, elegido democráticamente y amparado por la legalidad vigente, disponga de una infraestructura para su trabajo diario". Los socialistas, en cambio, sostienen que Ferrer no fue elegido por los electores, sino en el seno de una lista, la del PSOE, que ahora ha abandonado. Por eso le piden que devuelva su acta de concejal.