Una investigación desarrollada por el equipo de Vilamuseu (Red de Museos y Monumentos de la Vila Joiosa) y la Universidad de Alicante, acaba de dar a conocer los primeros frutos de las investigaciones realizadas en torno a la implantación romana en el territorio de La Vila y la evolución del paisaje agrícola, al revisar excavaciones arqueológicas realizadas en la Cala en los años 1998 y 1999. La revisión de los materiales encontrados entonces demuestra que los dos grandes márgenes de bancales paralelos que se hallaron se fechan en el tránsito entre los siglos IV-III a.C., dos siglos antes de la implantación romana. Tal fecha es relevante por cuanto, hasta el momento, sólo se han hallado terrazas agrícolas de tal antigüedad en la Edad del Hierro tardía de Galicia (siglos II-I a. C.) y en las terrazas romanas excavadas en Las Cavenes (Salamanca, siglos I y II d. C.), por lo que se deduce que los bancales de La Vila serían los más antiguos conocidos de la fachada mediterránea y posiblemente de toda la Península Ibérica.

Por otra parte, esta excavación proporciona una secuencia completa de la evolución romana en el municipio, pues otros bancales excavados en 2004 en los viales del Plan Parcial 25 (Puntes del Moro) se fechan en época romana republicana (s. II-I a. C.) y los del solar del IES 3 (partida de Plans) en 2008 son de época altoimperial (s. I d. C.).

Las conclusiones las dio a conocer ayer el Ayuntamiento vilero. El concejal de Patrimonio Histórico, Pepe Lloret, explicó al respecto, en un comunicado, que el motivo de que estos hallazgos sean tan escasos se debe a "la dificultad de detección de unas estructuras tan sencillas, una pared de mampostería de piedras calizas con un relleno detrás". Un material arqueológico que, según añadió, "aparece asociado al muro de la terraza el que da la fecha de su construcción, y la datación de su abandono nos la proporcionan las capas que cubren los bancales cuando caen en desuso". Afirmó, además, que "la homogeneidad de los restos en todos los casos de La Vila no deja ninguna duda sobre la fiabilidad de las fechas propuestas".

Por su parte, el director de Vilamuseu, Antonio Espinosa, aclaró que "la detección de los bancales de la Cala ya a finales de los años 90 fue posible gracias a que en La Vila se hicieron en 1992 los primeros ensayos de un nuevo método de sondeos arqueológicos consistente en el empleo de retroexcavadora para rebajar estrechas bandas largas de terreno paralelas entre sí y perpendiculares a la pendiente de la parcela, hasta detectar restos arqueológicos (cuando se pasaba a la excavación manual) o hasta llegar al terreno cuaternario natural, arqueológicamente estéril. Ello permitió, desde entonces, descartar grandes áreas sin restos, ahorrar al promotor considerables esfuerzos en coste económico y en tiempo, y delimitar los yacimientos con extraordinaria exactitud".

Agregó que "hasta entonces se solían realizar pequeñas catas puntuales repartidas por el terreno, con lo que muchos yacimientos (como estos bancales) no se llegaban nunca a reconocer y desaparecían al ejecutarse las obras previstas. Y es que, aunque el análisis de campos abancalados es de gran importancia para entender los orígenes del modo de vida de las gentes del Mediterráneo, se desconoce prácticamente todo sobre el origen y desarrollo de estos campos construidos en vertical, tradicionalmente asociados a época medieval y, sobre todo, a la Edad Moderna, y que esta investigación ha detectado para la plena época ibérica, lo que supone una novedad científica de gran trascendencia".