La presión de la comunidad escolar de Orxeta para defender a un maestro al que la Seguridad Social le había obligado a coger el alta sin estar aún recuperado tuvo ayer sus frutos. El docente no tendrá que reincorporarse aún a su puesto de trabajo y, además, no lo hará hasta que sea visto por un tribunal médico que certifique si se encuentra, o no, en condiciones de regresar a las aulas, según explicó ayer el alcalde de Orxeta, el socialista José Vicente Férriz, quien a su vez también es miembro del AMPA del centro.

Como ya avanzó ayer este diario, los padres de la localidad realizaron un plante frente a las puertas del colegio en protesta por la decisión del Instituto Nacional de la Seguridad Social, que había notificado al maestro que debía coger el alta médica y regresar a las aulas al haber transcurrido seis meses desde que le fue concedida la baja médica, sin ni siquiera haber consultado a su médico de cabecera o a otro facultativo que avalara tal decisión.

El docente padece un transtorno de tipo psicológico, del que todavía no se ha recuperado, tal y como indicaron el miércoles fuentes del AMPA y del colegio público Vicente Lino Ferrándiz de Orxeta, quienes señalaron su temor a que su regreso a las aulas pudiera agravar la dolencia del profesor, pero también acabar afectando a los menores que tiene asignados, 14 niños con edades comprendidas entre los seis y los nueve años.

Los padres anunciaron que no llevarían a sus hijos a clase y que prolongarían esta negativa incluso hasta final de curso si Sanidad y Educación no actuaban para defender al maestro y a la interina que actualmente cubre su plaza. El primer edil señaló que, según el compromiso de la Seguridad Social, el docente podrá continuar de baja y la interina, dando clase en el centro.