Suelen ser pacientes mayores, vienen a operarse o a recibir tratamientos en centros sanitarios de España y en sus largas convalecencias tanto ellos como sus familias se hospedan en hoteles y consumen en la ciudad. Esta es la radiografía del turismo sanitario. Ávida de captar nuevos mercados y reinventarse en un tiempo en que el sector sigue atenazado, la Fundación Turismo de Benidorm ha puesto ahora la mirada en esta bolsa de clientes. Lo hizo después de presentar ayer un nuevo patrono, la Clínica Benidorm, que aportará al ente 10.000 euros en los tres próximos años. Es el segundo centro sanitario de la capital de la Costa Blanca que apuesta por el turismo. Antes, ya lo hizo el Hospital Levante.

La Fundación Turismo y la Clínica Benidorm colaborarán para captar turistas en mercados donde este centro sanitario lleva ya tiempo trabajando pero que no han sido demasiado relevantes en los índices históricos de ocupación del municipio. En este sentido, y como explicó la concejala de Turismo, la liberal Gema Amor, hay que situarse en el mapa y mirar tanto al Norte como al Sur. Primero hacia Escandinavia y más concretamente hacia Noruega: para los usuarios de este país, la clínica ya cuenta con un centro polivalente en El Albir de l'Alfàs del Pi, donde se encuentra una importantísima colonia noruega. Además, la directora de la entidad sanitaria, Ana Paz, anunció una próxima visita en abril para contactar con las autoridades de Oslo con el objetivo de convertirse en un "destino turístico sanitario preferente para los ciudadanos de esta nacionalidad".

Pero también habrá que volver la mirada hacia África, especialmente a Libia y Argelia, países donde existe una bolsa de potenciales clientes de alto poder adquisitivo dispuestos también a beneficiarse de algunas de las ofertas sanitarias que no se encuentran en su país. "Ya este año han empezado a llegar los primeros pacientes libios", señaló Paz. Por su parte, el turismo argelino se ha destacado como relevante para Benidorm en otro segmento como es el de los apartamentos.

Para el turismo sanitario, hay más mercados. Paz aludió a Rusia, esperanza de tantas cosas, y cuya presencia ya se ha incrementado en un 50% con respecto a 2012; y agregó que en lo que va de 2013 ya han pasado por la Clínica Benidorm medio centenar de usuarios holandeses. A todo eso, hay que contabilizar la lógica presidencia potencial de turistas procedentes de las áreas de influencia de esos emisores, como los Países del Este en el caso de Rusia, el Benelux en el de Holanda o Escandinavia en el de Noruega. "El 65% de nuestros pacientes son extranjeros", resumió Paz.

El usuario del turismo sanitario viene a España porque los servicios médicos que precisa no existen en su país o son demasiado caros. En este sentido, según detalló Paz, cada nacionalidad tiene incluso sus preferencias sanitarias: la cirugía traumática -operaciones de cadera o de rodilla- y procesos cardiológicos en el caso de Holanda; o tratamientos vinculados con la oncología y la radiología en el de Rusia.

Este segmento es rentable porque el usuario no se limita a quedarse en el recinto sanitario. Como su periodo de recuperación suele ser largo ya que "se trata de pacientes que arrastran complejas secuelas crónicas o tienen que consultar tres o cuatro especialistas, se quedan en Benidorm durante una larga estancia, pernoctan en hoteles acompañados de su familia y disfrutan de un clima excelente y de una oferta de ocio", siguió Paz.

Ahora bien, eso no es óbice para que las buenas dotaciones sanitarias también ayuden a potenciar el turismo residencial o vacacional: "no basta con tener buen clima y buena gastronomía sino de saberle dar una respuesta adecuada al visitante cuando se pregunte qué le pasará si se pone enfermo", señaló el presidente de la Federación Turismo, Francisco Delgado. "Hemos de crear un destino multiproducto", añadió el máximo responsable de Hosbec, Antonio Mayor.