Transcurridos más de dos meses desde la suspensión de la asamblea en la que el PP de Benidorm debía haber elegido una nueva dirección, a una de las candidaturas que optaban a la presidencia de la agrupación local, la del edil David Devesa, se le está agotando la paciencia. Los devesistas exigen a la cúpula provincial que reanude el proceso democrático que quedó interrumpido y advierten del "desastre" que podría producirse si no se convoca una nueva asamblea. Este sector crítico considera que la masa social del partido tiene derecho a ejercer su "derecho democrático" y pronunciarse en las urnas sobre el futuro del PP local. Y alerta de que si no se reaviva el proceso asambleario podría producirse una fuga de militantes hacia otras formaciones políticas "de corte centrista". No se dan nombres. Por ahora.

De cualquier modo, si los devesistas realizan esta advertencia es porque sostienen que en los últimos tiempos han adquirido un importante peso en el PP local: mostraron 1.500 avales en la campaña celebrada antes de que se suspendiera la asamblea y creen contar con el apoyo de unos 2.000 militantes. Como es evidente, el entorno del otro candidato en liza, el portavoz municipal Antonio Pérez adscrito al sector del diputado Manuel Pérez Fenoll, cuestiona, y mucho, esas cifras.

La propia posición de Devesa en el Ayuntamiento es difícil, toda vez que son los fenollistas los que dominan el grupo municipal y los que transmiten los mensajes políticos del PP a la ciudadanía. Devesa ha evitado por el momento cualquier conflicto abierto con Pérez y su gente, pero la posibilidad de que el edil decidera pasarse al grupo municipal de los no adscritos en el caso de que el PP siga sin llamar a sus militantes al voto, no es utópica. Corre como la pólvora en los mentideros políticos de la ciudad. Ya ha habido un precedente en el otro gran partido del municipio, el PSOE.

Por su parte, la cúpula provincial de los populares mantiene ante el conflicto en Benidorm una actitud ambigua. A principios de enero, la dirección del partido descartó una gestora ante la crisis interna y dijo que finalmente sí se celebraría una asamblea en marzo. Ahora bien, advirtió que antes nombraría una comisión que depurara los censos y subsanara las posibles irregularidades que motivaron la anulación de la anterior asamblea. En esa comisión se integrarían incluso miembros de las dos candidaturas, en un intento de Alicante por rebajar la tensión. Desde entonces sin embargo, han ido transcurriendo los días y la ejecutiva que lidera José Císcar no ha vuelto a mover ficha.

Por cierto, que los devesistas tienen dudas sobre esa comisión. Alertan de que no está contemplada en los estatutos. Y cuestionan que ese supuesto organismo que pretende crear el aparato de Císcar tenga "potestad jurídica" para limpiar el censo y por lo tanto expulsar del mismo a una parte de la militancia. Máxime cuando ese censo ya fue aprobado con anterioridad por el propio comité provincial del partido y por la dirección nacional del mismo en Madrid. Además, temen el efecto que esa salida de militantes podría tener para el futuro electoral del PP, que perdió los últimos comicios municipales por una diferencia de menos de 200 votos respecto al PSOE de Agustín Navarro.

En realidad, lo que el sector de Devesa pretende es que no se produzcan "injerencias externas" por parte del aparato del partido sobre la agrupación local de Benidorm. Sólo así, se garantizaría la limpieza del proceso y se evitaría que el aparato de Ciscar apoyara de forma solapada a los fenollistas.