Se ideó para recibir a tres millones de visitantes al año y nunca, nunca hasta ahora en sus doce años de historia, ha logrado rozar el millón. Pero además, el parque temático Terra Mítica, cuya construcción costó cientos de millones a las arcas de la Generalitat Valenciana, tampoco ha logrado ahora que está en manos privadas hallar un aliciente que le permita abrir al público más allá de cuatro escasos meses al año. Ahora, una docena de estudiantes de arquitectura de la universidad Architectural Association (AA) de Londres han viajado hasta Benidorm para analizar las causas de la escasa afluencia de público en Terra Mítica, una cuestión sobre la que se han escrito ríos de tinta, y lanzar propuestas que sirvan para reinventar el complejo de ocio y le permitan mejorar sus cifras de público.

¿Cuál es la causa de esta elección? "Yo conocía previamente el parque y, cuando lo visité, vi que tenía un potencial importantísimo que no había sabido exprimir. Estando al lado de Benidorm, no se entiende que un parque de estas características no funcione y creo que eso ocurre porque no se planificó bien su concepto", explicó ayer Naiara Vegara, la profesora que dirige el proyecto. En él, junto a once estudiantes procedentes de ocho países -China, EE UU, Tailandia, Indonesia, India, Italia o Mexico, entre otros- intentarán poner negro sobre blanco todos los errores que, a su juicio, se cometieron en la planificación de Terra Mítica.

Antes de viajar a Benidorm, ciudad que ninguno de los estudiantes conocía previamente, estudiaron su ubicación, su superficie y lo compararon con otros recintos de ocio internacionalmente conocidos, como el de Disney o el de la Universal en Orlando, según explicó ayer Davis Butner, un estudiante de la universidad de Pennsylvania que realiza este curso en la AA de Londres. "Pero una vez aquí, hemos visto que no tiene nada que ver. El parque está muy bien pero tiene unas dimensiones muy grandes para el público que lo visita", indicó ayer este joven, que, además, matizó que "al verlo sin visitantes y a puerta cerrada, se hace mucho más extraño aún".

Y más o menos igual afirmó otra de las jóvenes que participa en el proyecto, Stefanie Velázquez, de origen mexicano y procedente de la universidad de Princeton. O la propia profesora del proyecto, Naiara Vegara, a cuyo juicio, "se podría sacar mucho provecho al parque, pero para ello hay que cambiar muchas cosas. Principalmente adaptar su actividad al público que en cada momento hay en la ciudad, con una programación complementaria que le permita abrir durante todo el año, y así conjugar la idea de convertirlo en un atractivo por sí mismo, como ha ocurrido por ejemplo en Port Aventura, pero sabiendo también captar la atención del turismo que llega a Benidorm".

Los participantes presentaron ayer estas cuestiones como primeras impresiones, en un acto que se desarrolló en el despacho del alcalde, Agustín Navarro, y en el que también participó la edil de Turismo, Gema Amor, y Eva Calavia, responsable de comunicación del parque. Las conclusiones se conocerán en unos meses y, entonces, faltará ver si alguna de ellas acaba llevándose a la práctica o vuelve a quedar sólo en el papel.

Fascinados por el urbanismo y el rápido desarrollo de la ciudad

Aunque el objeto de este viaje de estudios, que se prolongará hasta mañana, está focalizado en el proyecto del parque temático, si hay algo que ha llamado la atención a estos estudiantes de arquitectura por encima de todo ha sido el diseño urbano de Benidorm. Así lo indicaron ayer a este diario algunos de ellos, que destacaron la verticalidad de los edificios y el rápido desarrollo que ha experimentado la ciudad en apenas 50 años como una cuestión "fascinante" desde su punto de vista. "Es una ciudad muy interesante, por la modernidad de los edificios y porque está muy bien diseñada, con toda su arquitectura orientada hacia el mar", indicó el estadounidense Davis Butner, que consideró también ésta como una de las causas de estudio en el proyecto de Terra Mítica: "El parque está justo a la espalda de todo lo demás". Por su parte, la mexicana Stefanie Velázquez trasladó su asombro por el hecho de que "en sólo 50 o 60 años se haya hecho una ciudad así, es muy sorprendente porque hay muy pocos ejemplos más".