En medio de todas las dificultades del mundo por causa de la crisis, la planta hotelera de Benidorm ha invertido, según datos manejados por la patronal del sector Hosbec, unos 600 millones de euros en renovarse y mejorar así su oferta al cliente durante la última década. Unas 20.000 habitaciones han sido sometidas a este proceso de remodelación, que ha experimentado su periodo dorado en los últimos cuatro años, cuando aproximadamente unos veinte hoteles mudaron de rostro y se modernizaron. También han tenido lugar nuevas construcciones.

Los empresarios de la ciudad creen que el esfuerzo de estos últimos años va a permitir garantizar el futuro del tejido hotelero de Benidorm. Y que por lo tanto los bancos tienen motivos de sobra para confiar en el sector y flexibilizar el calendario de las diferentes operaciones de financiación. Esta última cuestión fue puesta a debate hace poco tiempo por el propio gobierno local, que advirtió de que la actual política del banco Sabadell empezaba a poner en peligro a algunos negocios turísticos y pidió a los nuevos gestores de la entidad que tuviera la misma comprensión con el sector que los antiguos gestores de la CAM. El banco, por su parte, se comprometió a negociar con cada empresario caso por caso.

La remodelación de la planta hotelera continúa. Este mismo invierno otros dos hoteles, el Melina y el Delfín, están aprovechando su cierre de temporada para remozarse y ampliar su capacidad. En los últimos años entre los hoteles reformados se encuentran el Ocas, Sol Costa Blanca, Flash Hotel (antiguo Rosaire), Poseidon, Golden, Acapulco, Riviera, Fiesta Park, Oasis Plaza, Rocamar, Fetiche, Brisa, Royal, Benidorm Plaza, Tropicana Gardens, Villa del Mar, Caballo de Oro y, fuera de Hosbec y entre otros, Orange, Venus o Pueblo. Con anterioridad también se sometieron al mismo proceso de modernización el Mónaco o el Villa Venecia, que de esta forma se convirtió en un cinco estrellas.

De hecho, además de mejorar su competitividad, otra de las consecuencias de este proceso reside en que muchos de los hoteles han podido incrementar su categoría: algunos pasaron de dos a tres estrellas y otros incluso han alcanzado las cuatro.

En realidad, se trata de algo más que un lavado de cara: muchos de esos establecimientos fueron construidos hace tres o cuatro décadas y tras las obras muchos de ellos sólo conservan la antigua estructura y parecen hoteles de nueva planta. La media en el coste de la reforma o la nueva construcción es de unos 30.000 euros por habitación según las mismas fuentes.

Otra buena prueba del esfuerzo que ha realizado el sector es que buena parte de esta inversión ha procedido por entero de las empresas o cadenas que gestionan los hoteles, si bien es verdad que el famoso Plan Renove puesto en marcha por el Gobierno en 2010 o subvenciones de la Conselleria de Turismo también ayudaron en el empeño. No obstante, en el futuro parece evidente que los empresarios se tendrán que buscar la vida: los últimos créditos del ICO para empresas turísticas tienen condiciones de financiación peores que las entidades bancarias privadas.

Un último ejemplo de que el tejido hotelero de la capital turística sigue moviéndose estriba en las operaciones de compraventa que se han producido en los últimos tiempos, como es el caso de las protagonizadas por la cadena Meliá, el Riviera o el Delfín.

Convocada oficialmente la huelga en el Bali

La huelga de las plantillas de los hoteles Gran Bali y Cabana ya está oficialmente convocada después de que continúen en ambos establecimientos los impagos . El personal del hotel más alto de Europa arrastra retrasos en las nóminas de octubre, noviembre y diciembre, según fuentes sindicales. El primer día en que los trabajadores pararán será el próximo 25 de enero, confirmaron ayer desde Comisiones Obreras y de UGT. No obstante, antes la dirección y los representantes de los trabajadores deben someterse de forma inminente al Tribunal de Arbitraje Laboral (TAL). Si no se abonan los atrasos, habrá más días de huelga.