Lejos de calmarse las aguas, las protestas continúan ante el cese en bloque de la totalidad de la plantilla de la Escuela Infantil Municipal El Tossalet de Benidorm. Ayer, las diez empleadas del centro escolar volvieron a presentarse allí a las 9 de la mañana, como han estado haciendo durante cinco años, para ocupar su puesto de trabajo. Ahora mismo, ni les dejan hacerlo, pues la nueva empresa adjudicataria ya ha contratado a su propio personal, ni les dan una carta de despido, pues su empresa y ellas mismas insisten en que la nueva concesionaria debe subrogarlas. En esta situación de indefensión, el Ayuntamiento de Benidorm, que es el que contrata el servicio a través de una concesión, así como la nueva empresa, Eulen, aseguran que todo se ha hecho al amparo de la legalidad y que estos problemas no tienen nada que ver con ellos.

La protesta, pues, volvió a producirse ayer por la mañana, mientras muchos padres han decidido hacer boicot a la nueva empresa. Ayer, de nuevo, apenas unos cuantos niños de los 66 que hay matriculados se incorporaban a clase. Otros padres aseguraban que los habían llevado porque "no hay más remedio", pero se mostraban del lado de las trabajadoras a las que la nueva concesión ha borrado de un plumazo.

Es la historia de siempre y más en esta época de crisis. El aspecto económico prima y buscando cualquier refugio en la normativa se pasan por alto cuestiones tan importantes como cortar por lo sano todo un trabajo educativo y pedagógico en mitad de curso, sin que se produzca ninguna continuidad ni transición y sin tener en cuenta cómo puede afectar eso a los 66 niños que el pasado día 2 llegaron a su escuela y se encontraron con toda una plantilla de desconocidas, desde la directora, a las educadoras, las monitoras y el personal de cocina. Aunque algunas trataban de poner su mejor cara y demostrar su buen hacer, no se han encontrado con el favor de los padres. "La nueva directora no se ha reunido ni tan siquiera con nosotros antes de empezar para saber qué necesidades especiales pueden tener nuestros hijos o para darse a conocer, no se puede sustituir a todo el personal de un plumazo y no hablar siquiera con los padres antes de llegar", criticaban ayer algunos padres y madres. Algunos ya anunciaron que buscarían otra escuela para sus hijos.

Ayer de nuevo, la Policía Local acudió hasta El Tossalet para dar fe de que todas las trabajadoras se habían presentado a su puesto de trabajo. Con esto y su convicción de que la ley exige que sean subrogados sus contratos, las afectadas pondrán el caso en manos de la justicia. Así podrán, al menos, pedir el paro, aunque su caso podría tardar años en resolverse, dados los problemas que tiene el Juzgado de lo Social de Benidorm. Los perjudicados vuelven a ser los de siempre, en este caso, los niños, los padres y las trabajadoras. Para ellos, "el Ayuntamiento es el culpable, que no ha hecho las cosas bien desde el principio" e insisten en que "debía haber exigido la subrogación de las trabajadoras".

AYUNTAMIENTO

«Hemos mediado durante meses»

Desde el Ayuntamiento aseguran que todo se podía haber evitado si las trabajadoras hubieran aceptado las condiciones de la nueva empresa y agregan que «durante meses» se medió para evitar esta situación. Sin embargo, según explicó el propio concejal de Educación, Rubén Martínez, la última negociación entre empleadas, Ayuntamiento, AMPA y nueva adjudicataria se ceñía a la contratación de cuatro educadoras y una cuidadora de la plantilla que ha estado trabajando hasta ahora en el centro. Además, esto implicaba que tenían que renunciar a su antigüedad y a todos sus derechos adquiridos.