Debió ser hace algunos cientos de años cuando algún marinero corsario estando en una casa de La Vila Joiosa decidió coger una herramienta a modo de punzón y dibujar en la pared lo que más familiar le era: barcos. Los servicios arqueológicos del Ayuntamiento de La Vila Joiosa han localizado en una casa en ruinas del municipio todo un exponente de este arte espontáneo y popular, similar a lo que hoy sería un grafiti. Se trata de once dibujos realizados a punzón en las paredes de un inmueble en ruinas, ubicado en la partida de la Torreta, y que han donado sus propietarios para que sean estudiados y formen parte de la colección del Vilamuseo.

Aunque todavía están por datar, la historia de estos grafitis hallados en La Vila se remonta a los siglos XVII y XVIII, ya que las embarcaciones que se retratan son de esa época, según explicó ayer el arqueólogo municipal y director de Vilamuseo, Antonio Espinosa. "Especialmente hay dibujados barcos del siglo XVII y XVIII, jabeques mercantiles o barcos místicos, que se denominan también, que eran embarcaciones de tres palos de vela, típicos de la época de dominación corsaria", según detalló el experto.

Estos barcos eran los más rápidos del momento. Fueron originales del Corso, donde trabajó mucha gente vilera, pero por ser los mejores navíos de la época después fueron copiados por los españoles. Los arqueólogos trabajan ahora en determinar si se trata de los barcos originales o de las copias de la Armada Española, ya que así podrán afinar la fecha en que fueron dibujados.

Los grafitis encontrados tienen gran importancia por sus posibles aportaciones a la historia naval y porque muchas de estas muestras de arte popular han desaparecido, ya que "la gente no les daba importancia como para conservarlas, como puede ocurrir hoy con los grafitis". Estos precarios hueco relieves de barcos "eran relativamente frecuentes en los sitios donde vive la gente que ha navegado", como ha ocurrido siempre en La Vila, importante potencia corsaria hasta mitad del siglo XVIII.

Lo cierto es que el origen de estos dibujos no era en sí artístico, se trataba más bien de una especie de pasatiempo de los corsarios de la época. Además de los grafitis de barcos, se han hallado también en las paredes de la finca de la Torreta numerosos contarios, esto es, marcas que se hacían en la pared para llevar la cuenta de los productos agrícolas, sacos o alimentos que había en una casa. Estos contarios encontrados tenían un carácter práctico para la vida cotidiana.

Así, al igual que un estudiante puede ponerse a dibujar cosas que le gustan, que conoce o que le son afines en los márgenes de su libreta de apuntes, "algún marinero corsario aburrido, mientras apuntaba las cuentas al almacenar los sacos de alimentos decidió dibujar lo que mejor conocía que eran los barcos".

"Estos grafitis forman, junto a los de la Barbera del Aragonés, donde también se hallaron dibujos de barcos y naves desde los siglos XVII al XX, una colección muy destacada para conocer detalles de la historia naval". De manera que además de un valor etnográfico tienen un alto valor naútico.

El departamento de restauración de Vilamuseo, con el apoyo del voluntariado cultural, ha extraído los once paneles de grafiti, que ahora se encuentran en proceso restauración en los laboratorios del museo. El hecho de que la pared se encontrase en ruinas y a la intemperie han aconsejado su extracción para evitar su deterioro, según explicaron desde el museo.

Los arqueólogos han querido ponerlos a salvo porque no son muchos los que se han conservado debido al escaso valor que les daban sus contemporáneos, por lo que, con la misma frecuencia con que se hacían estos dibujos, se han derribado junto a las casas que ocupaban sin que nadie reparara en conservarlos. "De hecho, a veces se hacían incluso sin que se debieran hacer", como ocurre hoy con las pintadas callejeras.

Los grafitis de barcos de siglos pasados, aunque han sido mucho más comunes en zonas costeras y de tradición naval, como los que han aparecido en otros puntos de la provincia, como en Dénia, también se han llegado a localizar en zonas de interior. "Se han encontrado grafitis de barcos corsarios incluso en Albacete", explicó Espinosa, quien señaló que estos paneles simplemente obedecían a un acto espontáneo popular, "sin mucha intención artística" pero sí con una cierta intención estética, razón por la que eran más habituales los dibujos de barcos que de otros motivos menos decorativos.

Bartolomé Soriano Galiana y Pedro Soriano Lloret, de la sociedad El Torrejó S. L. de La Vila, han sido los artífices de este hallazgo, ya que son los ciudadanos que han donado esta importante colección de grafitis antiguos encontrada en los restos de un inmueble de su propiedad.

Una colección de suma importancia para conocer el pasado naval

La colección de grafitis con motivos de barcos encontrada en La Vila además de su valor etnográfico y de las pistas que da sobre los usos y costumbres de otras épocas tiene gran valor en cuanto puede ayudar a desvelar nuevos aspectos de la historia naval en España, según apuntó el director de Vilamuseo, Antonio Espinosa. En estos dibujos se detallan aspectos de la construcción y el funcionamiento de los barcos. Por ejemplo, uno de ellos muestra cómo el jabeque lleva detrás un bote con aparejos, también constatan cómo se fondeaba antiguamente, ya que no había muelles o espigones donde atracar y la costumbre era fondear y que la tripulación llegara a tierra en botes. "Estos dibujos ofrecen muchos detalles sobre la construcción naval", con el añadido de que "se pueden mover, al haber sido extraídos, lo que los convierte en un bien mueble perfecto para cualquier exposición", añadió Espinosa.