Desde las ocho de la mañana de ayer, el ejército de fans de Melendi hacía cola a las puertas del recinto de Foietes de Benidorm para poder entrar nada más abrir las puertas a ver a su artista favorito. Anoche, a la espera del inicio del concierto, que todavía no se había producido al cierre de esta edición, Foietes era ya un hervidero de gente. Durante el día se produjeron incluso varios desmayos entre las fans del cantante, no por problemas de capacidad del recinto o de organización, sino por ataques de ansiedad, según precisaron los organizadores, que se vieron obligados incluso a adelantar la apertura de puertas una hora para evitar aglomeraciones ante la gran cantidad de público expectante hacia las ocho de la tarde.

La organización tenía anoche prevista la asistencia de entre 12.000 y 18.000 personas, según aseguraron, con esa gran oscilación por tratarse de una actuación gratuita y abierta a todo el mundo.

La gran mayoría de los asistentes, al menos a primeras horas de la noche, venía de fuera: de Valencia, de Murcia y otros puntos de la provincia de Alicante, casi nadie de Benidorm, ya que los vecinos disfrutaban de los actos de las Fiestas. El concierto, sin duda, desbordó las pretensiones de la Comisión de Fiestas y las previsiones de asistencia iniciales. Una actuación gratuita que siempre se piensa para que los festeros y los vecinos de Benidorm y la comarca puedan disfrutar de música y juerga y que el tirón del artista asturiano ha desbordado.

Tras la tragedia de Madrid, nadie quiso escatimar en precauciones y finalmente el concierto, trasladado a Foietes, contó además con numerosas medidas de seguridad: cacheos para interceptar cualquier tipo de petardo o bebida, dos niveles de acceso para evitar aglomeraciones, un dispositivo policial que contó con refuerzos de Alicante e incluso un sistema para contabilizar al público. "El estadio tiene capacidad para 20.000 personas pero si llegamos a las 18.000 cortaremos el acceso". Pese a la multitud, al cierre de esta edición, todo estaba controlado.