En la Comunidad Valenciana, tanto la economía doméstica de las familias como las expectativas de negocio de empresas e industrias van a enfrentarse a un nuevo gasto inesperado a partir de 2013: un impuesto para gravar la generación de energía eléctrica ideado por el Gobierno Valenciano de Alberto Fabra y que será repercutido por las compañía eléctricas a todos los usuarios del territorio autonómico. Esta novedosa forma de incrementar la presión fiscal sobre los ciudadanos de la Comunidad ha sido incluida en el borrador de la Ley de Impuestos Medioambientales elaborado por el Consell y ya se está tramitando ya en las Cortes Valencianas. Parece que además de una forma un tanto sigilosa: fue ayer la patronal hotelera Hosbec la que relevó la existencia de la medida y la que exigió a Fabra su retirada inmediata debido a que "toda la industria turística valenciana verá incrementado de nuevo los costes energéticos de sus explotaciones, lo que provocará una pérdida de competitividad frente a otras comunidades autónomas".

Hosbec no ha sido la única institución que se opone al impuesto de marras. El Consejo Económico y Social de la Comunidad ha emitido un informe en el que también recomienda su paralización. Ese organismo, aunque entiende "la necesidad de regular medidas impositivas para la mejora de la sostenibilidad medioambiental", se apresta a advertir de que el impuesto "puede afectar negativamente a la actividad del tejido empresarial de la Comunidad debido al momento delicado que atraviesa la economía". Es decir, la misma tesis que Hosbec.

En principio, el impuesto se aplicará directamente sobre las compañías que generan energía a través de tecnología nuclear, hidroeléctrica y térmica. Sin embargo, un real decreto de julio de este año establece que si las comunidades autónomas gravan con nuevos tributos a las instalaciones destinadas al suministro eléctrico el recargo deberá ser abonado por los consumidores mediante un incremento del peaje de acceso que da derecho a consumir electricidad y que constituye una parte del coste total de la factura de cada usuario. La otra parte es la cantidad de energía consumida, que en este caso no se verá afectada.

Que Hosbec haya mostrado un rechazo tan frontal a la tasa no es extraño. "El coste energético para los establecimientos hoteleros no ha dejado de crecer en los últimos años y no podemos permitirnos más margen", señaló el presidente de la patronal, Antonio Mayor, quien señaló que esta medida intensificará los perjuicios ya sufridos por el incremento del IVA. Además, Mayor recordó que "por ley, los hoteles no tenemos la posibilidad de repercutir estos incrementos de costes a nuestros clientes".

Se da la circunstancia de que el consumo energético en un hotel supone entre el 4 y el 5% de su gasto de explotación, sólo por detrás del de personal y alimentación. "Por este motivo, toda la industria hotelera ha realizado importantes esfuerzos humanos y de inversión para recudir el coste energético e implantar medidas de ahorro que no son valorados por nuestros gobernantes, que diseñan nuevas formas de recaudación indiscriminada, sin tener en cuenta su repercusión en las empresas", concluyó Mayor.