El titular se repite año tras año. De nuevo, en la Marina Baixa, unos 1.350 escolares de Primaria y Secundaria volverán a ocupar sus pupitres en barracones. Sólo los niños del colegio San Roque de Polop, que estrenaron edificio el año pasado tras pasar una década en prefabricadas de dos pisos, logran restarse este año de la cifra de alumnos que curso tras curso siguen estudiando en aulas provisionales. Algunos casos claman al cielo.

El IES Pere Maria de Benidorm vuelve a empezar el curso con la mitad de sus 700 alumnos en barracones. Un total de 22 aulas que se instalaron al inicio de las obras de remodelación del centro, en 2009, y que nadie se explica que sigan ahí, ya que los trabajos de reforma se paralizaron, hace ya 18 meses, por problemas económicos de la adjudicataria cuando apenas quedaban tres meses para terminarlos. En lugar de rematar una obra prácticamente concluida, la Conselleria lleva año y medio pagando el alquiler de unas aulas prefabricadas que no cuentan con los mínimos requisitos para poder ofertar una educación de calidad y que además ocupan las pistas deportivas del centro. Así lo denunció ayer el concejal de Educación de Benidorm, Rubén Martínez, quien criticó duramente a la Conselleria pues "ni siquiera ha respondido a nuestra petición de reunirnos para poder aportar soluciones", a pesar de que el Consejo Escolar y los tres grupos políticos, incluido el PP, le solicitaran una reunión para abordar el problema hace meses.

En La Vila, los padres de los alumnos pasan de la indignación a la resignación y viceversa desde hace años. Los colegios Doctor Álvaro Esquerdo, con más de 430 alumnos, y Gasparot, con cerca de 300, siguen íntegramente en barracones con el agravante de que en este último centro no cabe ni un alfiler. Tras llegar incluso a proponerse, a finales del año pasado, que algunos alumnos de Primaria pudieran ocupar aulas de un centro de Secundaria, finalmente, la solución adoptada por el Consell ha sido seguir ocupando espacios comunes para habilitar aulas, de manera que desde los despachos hasta el aula de música son hoy espacios para ubicar grupos de un alumnado que crece mientras sus instalaciones, no.

También el IES Marcos Zaragoza de La Vila, el IES Altaia de Altea o el colegio de l'Olla, también de Altea, cuentan con aulas provisionales para poder dar cabida a sus alumnos desde hace varios años.